se inauguró una nueva frecuencia ferroviaria entre Paso de Los Toros y Pilar en la Argentina. Para los que conocemos y queremos al ferrocarril como m

se inauguró una nueva frecuencia ferroviaria entre Paso de Los Toros y Pilar en la Argentina.
Para los que conocemos y queremos al ferrocarril como modo de transporte, esta no deja de ser una excelente noticia.
¡Qué bueno que haya frecuencias de trenes de pasajeros surcando, aunque en forma limitada, la campaña de nuestra república!
Mejor aún que el ferrocarril empiece a cumplir en el Conosur uno de sus roles históricos: unir a los países y a los territorios, en definitiva uniendo a los pueblos.
Esa es la teoría.
Mucho me temo que la práctica vaya a ser muy, pero muy distinta.
La primera consideración es financiera. Difícilmente una línea de estas características pueda ser rentable. Una línea que, en definitiva, une nada más que ciudades del interior, tanto de Argentina como de nuestro país. Ciudades que ya están abundantemente servidas por líneas de ómnibus que no se van a entregar sin dar lucha.
Entonces, otra vez y van tantas, el ferrocarril de pasajeros no pasa a ser más que un peón en las políticas de los gobiernos de turno. Otra vez en la primera euforia se hablarán maravillas del modo ferroviario, mientras exista la novedad. Luego vendrán los lamentos, los deterioros en el servicio, la rebaja de las frecuencias, y lo que es peor los juicios furibundos contra los subsidios necesarios para transportar pasajeros en ferrocarril.
Los políticos deben aceptar, para que este tipo de iniciativa funcione y cumpla sus cometidos, que el nivel de subsidio explícito debe ser alto, forzosamente ligado a la cantidad de pasajeros transportados. Lo que es cierto también es que los subsidios implícitos a este tipo de servicio son en general sustancialmente más bajos que los que precisa un transporte carretero equivalente, o sea bus carretero.
La realidad política e histórica, sin embargo, nos indica que en períodos de bonanza como los actuales, este tipo de iniciativa recibe los subsidios necesarios para funcionar sin problemas, porque en definitiva son cuestiones políticas. En los hechos, es cuestión de llenarle el ojo a la gente con iniciativas populares políticamente rentables en el corto plazo, pero inviables intrínsecamente, no en el largo plazo siquiera, sino en un muy corto mediano plazo.
El modo ferroviario rara vez es directamente rentable para el transporte de pasajeros. Es casi siempre indirectamente rentable, sin embargo, cuando se consideran los beneficios colaterales o externalidades.
El modo ferroviario requiere tiempos largos. Los políticos no manejan esos tiempos.
En este caso la política parece haber triunfado sobre cualquier otra consideración. Esto no permite ningún optimismo sobre el futuro del nuevo servicio.
Ojalá me equivoque.
Por las dudas me voy en tren de Paso de Los Toros a Pilar lo antes que pueda, antes que cierren el servicio.
Michael S. Castleton- Bridger*

Nota de Dirección: nuestro colaborador, Michael S. Castleton, fue presidente del directorio de AFE en la administración Lacalle.
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