CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. -- Ver .The one,

viernes, 16 de septiembre de 2011

“Contaba hasta el último centavo para poder vivir” Imprimir Tamaño del texto Recomendar Dejá tu comentario El "Puma" y la tribuna del estadio que l

“Contaba hasta el último centavo para poder vivir”

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El "Puma" y la tribuna del estadio que lleva su nombre (Leandro García).
José Luis Rodríguez, el gran jugador que tuvo Español y actual entrenador del Gallego, relató en Leo el ascenso las cosas por las que tuvo que pasar. Además afirmó que quiere ser parte del resurgimiento del conjunto de Bajo Flores.
Por Fernando Gutiérrez

La vida le dio un cachetazo… Tras una exitosa carrera futbolística, José Luis Rodríguez debió sufrir momentos muy duros: perder todos sus ahorros y su hogar, tener que vender el auto, volver a vivir a la casa de sus padres, solventarse con un plan social que cobraba su mujer… Esas son algunas de las tantas cosas que debió afrontar el actual entrenador de Español. Pese a todo, el “Puma” nunca bajó los brazos y afiló las garras más que nunca para dar vuelta la página y rearmar su vida.

-De tener todo a prácticamente no tener nada. Y empezar la vida de nuevo…
-Sí, tuve una carrera futbolística bastante buena, aunque podría haber sido mucho mejor. Pero, desgraciadamente, perdí todo el dinero a manos de un abogado que hizo malos negocios. Me encontré a los 34 años, prácticamente cuando terminaba mi carrera, sin un centavo. Llegué a tal punto que tuve que empezar a gastar la plata que tenía en mi poder hasta quedar sin casa, sin departamento, sin auto… Son obstáculos que te pone la vida pero, gracias a Dios, los pude sortear de la mejor manera. Más allá de eso, hoy, a los 48 años, lo voy superando como puedo y con la ayuda de la familia.

-¿Qué hiciste cuando perdiste la casa?
-Terminé viviendo en la de mis viejos. Hace un año y medio me volví comprar una vivienda. Siempre tuve el apoyo de toda mi familia, de mis suegros, de mis hermanas, de mis amigos. Todos ellos me ayudaron a pasar el mal momento económico. En esa época con la ayuda moral no alcanzaba, porque con eso una familia no come. Nos arreglábamos con un plan Trabajar que cobraba mi mujer. Antes de irme de mi ex casa en Núñez, pasaba todos los días por lo de mis viejos a buscar la bolsa de comida que me preparaba mi madre.

-¿Sufriste depresión?
-Estuve bajoneado de manera inconsciente, porque en realidad nunca me sentí mal. Más allá de perder todo, me sentía bien. Hace cuatro o cinco años tuve un período de ataques de pánico. Me hice tratar y lo solucioné rápido. Todos me decían: “Perdiste esto, lo otro…”. Pero yo no me daba cuenta y miraba para adelante. Lo que sí me faltó fue la iniciativa de salir a buscar trabajo. No lo hacía por timidez. Hasta que muchos me dijeron que no debía tener vergüenza.

-¿Recibiste ayuda de gente amiga que hiciste en tu carrera futbolística?
-Sí, me ayudaron mucho “Teté” Quiroz, el “Gallego” González, “Vitamina” Sánchez, Gonzalo Belloso, el “Kily” González, el “Negro” Palma. Hubo muchos amigos que quizá no me ayudaron porque no estaban enterados de mi situación. Es el caso del “Flaco” Vivaldo, de Walter Parodi. Con todo lo que me tocó vivir, me siento tocado con la varita de Dios. Muchos en mi lugar hubiesen elegido cualquier otro camino o haber hecho cosas raras. Yo, por suerte, no me metí en nada. Sólo quería salir adelante.

-Contarías hasta la última moneda para poder vivir…
-Sí, me la pasaba contando los centavos. Comía un día en la casa de mis viejos, al otro día en lo de mis suegros. Me acuerdo que los domingos, antes de irme de Núñez, mi mamá me preparaba la bolsa con pollo, arroz, milanesas, carne picada… Con eso tenía hasta el viernes. Cuando los chicos terminaban la semana de colegio, nos veníamos de nuevo para la casa de los familiares. Por eso, soy un agradecido a toda la familia

-También manejaste un remise.
-Sí, trabajé de remisero varios meses. Después tuve que vender el coche. Además ayudaba a mi vieja a atender un kiosco en Villa Celina. Vivíamos con el negocio, lo que sacaba del remise y lo que cobraba mi mujer. Por suerte la sobrellevábamos bastante bien, a pesar de estar en una situación muy difícil.

-Después de varios años, ¿cómo analizás tu paso por el Betis español?
-Podría haber rendido mucho mejor. No sé si yo era para jugar en la Primera División de España. Me sentía más capacitado para jugar en la Segunda, aunque llegué a integrar la selección nacional. Uno se da cuenta de sus limitaciones. Siempre me costó mantener el peso, porque tengo tendencia a engordar, y quizá necesitaba cuidarme un poco más. Quizá sea eso lo que más me reprocho de mi carrera.

-¿Tuviste problemas con un entrenador en Betis?
-Sí, con Corbacho. Además tuve inconveniente con otros técnicos. El carácter, por momentos, me jugó una mala pasada. Muchas veces tenía razón, pero siempre me equivocaba en la manera de expresarme.

-¿Y con Pedro Marchetta?
-Con Marchetta nunca me peleé. Cuando me vine de Rosario, él mostró lo que pensaba de mí. Nunca lo enfrenté ni me enfrentó, porque yo no sabía que él estaba enojado conmigo. En ese momento me sentí un tonto. Pensé que el hombre (por Marchetta) me iba a hablar de frente, pero después me di cuenta que no.

-En Español también te encargabas de discutir por el tema económico.
-Sí, con el presidente Ríos Seoane. Prometía una cosa y después no la cumplía. Pero eso ya quedó atrás. Español es mi casa, me formé acá. Siempre digo lo mismo: “De Central soy hincha, pero Español es el que me dio todo”.

-Estuviste muy cerca de ir al Mundial de Italia 1990…
-Sí, pero no tenía el mejor nivel para integrar esa selección. En el 1994 también me ilusioné, pero no se pudo. Por Batistuta y Caniggia tuve mucho respeto, pero los demás que fueron no eran más que yo. Terminó yendo Balbo, que en ese momento no estaba en el mejor nivel, aunque al otro año explotó.

“Quiero ser parte del resurgimiento de Español”

Los momentos de gloria han quedado lejos para Español. Esa institución que supo ganarse un lugar entre los grandes clubes del fútbol argentino hoy padece un presente complicado en Primera “C”. La decadencia comenzó hace casi una década con la quiebra de la entidad y el consecuente cierre de sus instalaciones. Y en lo deportivo, se acentuó el semestre pasado con el descenso.

“Pasé por todos los momentos de Español, desde los mejores hasta el último tiempo, que terminó con el descenso a la “C”. Antes era increíble el nivel societario que tenía el club. Los sábados, antes de los partidos, era una verdadera fiesta. Después del año 1993, 1994, cuando ya no estaba en la institución, comencé a ver la decadencia. Fue un periodo de caída libre que terminó hace unos meses con el descenso. Pero de nada vale llorar sobre la leche derramada. Ahora hay que pensar en sacar a Español adelante. Hay estructura como para jugar en la segunda categoría del fútbol argentino. Para lograr eso hay que tener ganas, capacidad, y que el hincha se vuelva a acercar a la cancha. Me siento un poco responsable del descenso, aunque no armé el equipo, pero ahora quiero ser parte del resurgimiento de Español”.

-¿En la temporada pasada sentís que al competir con clubes de mayor peso político en AFA fueron un poco perjudicados?
-Eso es lo que se comenta, aunque es muy difícil de comprobar. Igualmente no hicimos una buena campaña. El equipo no estaba bien, no era un plantel sólido para afrontar la clase de partidos que tenía que disputar. Hubo mucho egoísmo y terminó, como se veía venir, con el descenso.

-¿Hubo algún inconveniente con Sebastián Morquio?
-Nunca tuvo problemas conmigo. Sí teníamos visiones distintas de lo que uno pretende del jugador, del trabajo semanal y sobre varios temas más. El estaba acostumbrado a trabajar de una manera y yo tengo otra. Jugó varios partidos conmigo hasta que, como no lo veía bien, lo saqué. Cuando le tocó salir no le gustó. Es lógico, porque lo considero un tipo ganador. Pero para mí no estaba bien físicamente. Llegó un momento en que no iba ni al banco, y ahí fue cuando él dijo que yo estaba haciendo las cosas mal. Entonces le propuse que fuera a hablar con los dirigentes y resolviera de la mejor manera su desvinculación, y así fue. Cada uno siguió su camino y hoy, si lo cruzo por la calle, lo puedo saludar de la mejor manera porque ninguno de los dos hizo nada malo.


CRONICA


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