TENGO MIEDO QUE FRACASE METEGOL CAMPANELLA APASIONADO

CONFESIONES DE JUAN JOSE CAMPANELLA
“Sé qué historia contar para que el público se apasione”
Lo dice “Campa” sobre, quizás, su mayor fortaleza como cineasta. Se encuentra rodando “Metegol”, basado en un cuento de Fontanarrosa. Sueña con hacer un musical, aunque admite: “Le temo al fracaso”.

PorMaría Sol Oliver
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La charla con Juan José Campanella tiene algo -o mucho- de inesperada y casual. Hay fotógrafos, cámaras y periodistas por todos lados. Gente que entra y que sale del lobby de un hotel rosarino (al día siguiente se estrenaba la película “Belgrano” en el Monumento a la Bandera). El bullicio, de pronto, se ha transformado en una sólida estructura sonora que rebota en la paredes y hasta los flashes aturden un poco. Sin embargo, el reconocido y tan solicitado director de cine, se acomoda en un sillón lateral, sonríe distendido -alejado de la multitud- y se abre a un diálogo ameno con La Razón. Habla de sus aciertos, de lo que considera sus debilidades y de nuevos proyectos.

Su mirada de cineasta es humana. Quizás por eso, entre otros elementos que combina en sus películas, las historias conmueven tanto y a nosotros, los argentinos, nos resuenan en algún rincón de nuestra identidad nacional. “El secreto de sus ojos”, ganadora del Oscar a la mejor película en idioma extranjero 2010 y “Belgrano”, de la que fue la cabeza del proyecto, son dos claros ejemplos. La primera “habla de una época mucho más inmediata, en la que viví y me crié, y como argentinos nos marcó tanto como la fundación de la bandera”, cuenta y confiesa sentir que “hay una necesidad en el inconsciente colectivo de revisar nuestro pasado y de ver un poco que no empezó todo el 24 de marzo de 1976”, analiza.

“Viví 20 años en Estados Unidos y creo que a muchos de los que vivieron afuera tanto tiempo les debe pasar lo mismo. Si bien tuve trabajo y me fue bien nunca me sentí parte de ese país. Todo lo contrario. En ese tiempo sentí que era inevitable ser argentino y que estaba muy contento de serlo. Al llegar a la conclusión de que este es mi lugar -enfatiza- quise saber todo: sus costumbres, su historia, cómo somos y por qué”, se explaya.

En cuanto al reconocimiento internacional, particularmente de “El Secreto...”, ¿a qué se lo atribuís?
Muchos elementos de la película hacen que funcione como historia. Además los actores son excelentes, los técnicos son impecables, como lo son todos los que trabajaron. Si hay un mérito que me voy a adjudicar toda la vida es saber elegir bien a quienes me rodean. Son todos de primera.

Como cineasta, ¿cuál considerás que es tu fortaleza?
Creo que consiste en querer hacer una historia que interese, que apasiona al público.

¿Y tu punto débil?
Está relacionado con lo anterior. Hay cosas que creo que no puedo hacer entonces no las intento. Si no estoy seguro no me lanzo. Hay historias a las que no me les animo, porque si al público no le gustara a mí me generaría cierta frustración. Me encantaría hacer un musical, por ejemplo, pero me da pánico y creo que me perjudica necesitar ir sobre terreno seguro porque, en el fondo, siempre le tuve miedo al fracaso. Aún cuando fracasaba una atrás de la otra. Es más nunca le tuve más miedo que cuando hice “El mismo amor, la misma lluvia” porque venía de dos grandes desaciertos. Y con esto no me refiero al dinero. No me interesa tanto el fracaso en la taquilla como en mi interior. A mí me encanta ver el cine lleno de gente apasionada, me gusta ver la respuesta. Cuando hay un momento de humor en una película que es respondido por una carcajada de quinientas personas es una sensación de satisfacción enorme, que no hay plata que la pague, o bien, cuando se desarrolla una relación de amor como en el caso de “El Secreto...”. Eso me hace sentir orgulloso.

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