Cumbre del rock en Punta del Este

Cumbre del rock en Punta del Este
Exclusivo: Vicentico y Calamaro, compartieron las vacaciones
Por Diego Esteves
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Ampliar y ver más fotos Tardes de playa, familia y rock and roll. Con este eslogan naïf y bastante alejado del estereotipo de un ídolo del rock, Gabriel Fernández Copello, alias, Vicentico, y Andrés Calamaro aterrizaron en Punta del Este para disfrutar de unas vacaciones dedicadas a sus mujeres e hijos. Como nunca antes se los vio, los músicos –que compartieron varias veces escenario- cerraron un exitoso año recluidos en una casa frente al mar, en el exclusivo barrio privado “La Carolina”.

El encuentro se programó a fines de 2008, para festejar en el Este el excelente año de ambos: Vicentico, con el regreso de los “Fabulosos Cadillacs”, en el estadio de River Plate, el 12 y 13 de diciembre, frente a más de 60.000 fanáticos; y Calamaro, quien ostentó los galardones de su último disco “Lengua Popular”, cerró el año en el Estadio Unico, en La Plata, como invitado en el show de Carlos “el Indio” Solari, ex líder de los “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”, con quien cantó los clásicos “El Salmón”, “Esa estrella era mi lujo” y “Veneno paciente”. Después de una fiesta tan intensa sobre el escenario, ambos necesitaban un descanso lejos de las luces, en la intimidad de sus afectos.

“Querer, ser querido, los árboles, el sol”. Así resumió su clave de vida en una reciente entrevista, la mujer de Vicentico, Valeria Bertucelli, quien, en 2008, protagonizó junto a Adrián Suar la taquillera “Un novio para mi mujer”. Con esa premisa, la pareja se hospedó junto a sus hijos Florián y Vicente, en la estancia “La Carolina”, un complejo de 400 hectáreas de pinos, frente al mar. En esa soledad casi desértica, el ex líder de los “Fabulosos...” recibió como anfitrión, a Calamaro y Julieta Cardinali con su hija, Charo. El lunes 30 de diciembre, el clan Vicentico los fue a buscar al aeropuerto Laguna del Sauce y, casi hacinados en un Corsa Sedan alquilado, las dos familias recorrieron 6 kilómetros por la ruta 10 hasta atrincherarse en “La Carolina”.


Sigue Durante los días que compartieron dentro del complejo, custodiado por seguridad privada, ambas familias apenas salieron para realizar algunas comidas y pasear por la avenida Gorlero, en la zona céntrica de Punta del Este. El viernes 2 enero, después de festejar el Año Nuevo en la intimidad de su casona, Vicentico paseó con sus hijos Florián –quien tocó el acordeón en su tema “Los caminos de la vida” y también participó y se hizo cargo del teclado en su último disco, “Los pájaros”-, y el pequeño Vicente visitó el puerto de Punta y la zona comercial de avenida Gorlero. Esa fue una de las únicas salidas turísticas de la familia. Las demás tardes disfrutaron de las solitarias playas del barrio privado donde vivieron, lejos de las atestadas costas de La Barra y la Punta. El mediodía del sábado 3 de enero, Vicentico y Valeria, con sus hijos Florián y Vicente, y Andrés con Julieta, con la pequeña Charo, fueron a almorzar a Solanas, casi una de las salidas en las que se acercaron más a lo que es la civilización puntana. En el restó Medio y Medio, la gran familia se acomodó en unas mesas ubicadas en la parte exterior, a dos cuadras del mar, una geografía que compone una de las postales más atractivas del Este. Tanto Valeria como Julieta acompañaron a sus hijos a un miniplayground y aprovecharon la coincidencia de edades de los pequeños Vicente y Charo para entretenerlos. Mientras tanto, Vicentico –más delgado después de una dieta intensa- y Calamaro –quien lució sunga y una remera de su show de La Plata junto al “Indio”-, hablaron sobre sus futuros proyectos, con la intención de volver a tocar juntos y trasladar la excelente relación que los une en la vida a la magia del escenario.
revista CARAS