RATA BLANCA

GUIA SHOW
"Arriba del escenario, Rata Blanca nunca defrauda"
A 20 años del exitoso "Magos, espadas y rosas", celebran el aniversario de su mejor disco con un show, mañana, en el Luna Park. Desde Madrid, antes del recital, su fundador, Walter Giardino, recordó la historia de la banda.


PorGERALDINE MITELMAN
gmitelman@larazon.com.ar
FOTOS


Foto 1 de 1

Etiquetasrata blanca recital
"Vivo acá hace ya diez años y cuando me doy cuenta de eso, no lo puedo creer", dirá Walter Giardino, líder y fundador de Rata Blanca, desde Madrid.

_¿Extrañás?
No, qué voy a extrañar, si vivo medio año acá y medio allá.

_Elegirás los veranos, asumo.
No creas, me he comido los dos inviernos, pero no me puedo quejar para nada, además no me gusta mucho el calor.

_Es coherente, acostumbrado al cuero del heavy metal.
Totalmente, mi pose gótica.

_Este sábado se cumplen 2 0 años de "Magos, espadas y rosas", ¿Cuál es la importancia del disco en la banda?
Este disco marcó un antes y un después, no sólo en la banda, sino en lo que era considerado el rock metálico, que nos queda mejor esa denominación, más que heavy metal. A partir de ese disco hubo un "crossover" de público, de acceso a medios, el grupo fue tremendamente popular.

¿Cómo recordás esos años?
_Fue una locura y me acuerdo de muy poco... (risas).

_¿De lo poco y contable?
Todo fue muy bueno, nosotros siempre decimos que conocimos el submarino amarillo de los Beatles en esa época, estábamos metidos en una película que nos resultaba muy natural, el otro día mirábamos unas imágenes con Guillermo (Sánchez, bajista del grupo) que estamos prepanrando para el show de mañana y nos reíamos mucho porque estábamos naturales en nuestra vida y la llevábamos bien, hasta un punto. Después se puso más difícil. Suele suceder en los grupos, cuando el éxito es tan potente y grande...Adrián (Barilari, histórico cantante de Rata) se fue del grupo muy desgastado, diciendo "no puedo más"...

_Y no por las cuerdas vocales...
No, era por su estado mental. En el `91 hicimos en un año doscientos shows; una locura. Pero estaba bueno, era lo que queríamos, y no dejaba de sorprendernos lo que estaba pasando con la banda. Con el tiempo fuimos absorbiendo que eso fue una parte de nuestra vida y que al fin y al cabo, al menos para mí, lo más lindo es seguir tocando, y seguir teniendo esas ganas de hacer cosas. Es un grupo que arriba del escenario no defrauda, podemos tener una noche brillante o no tanto, pero jamás te vas a ir diciendo "estos me robaron la plata". Aprendí que el éxito no se trata de la convocatoria sino de cómo te bajás del escenario.

_Quedó claro por qué se separaron, ¿qué los hizo volver?
La historia. En algún lado sabíamos todos que había quedado sin escribir. Lo de Rata había sido un fenómeno que quizás también lo tuvimos que padecer. Vos sabés cómo es esto... El efecto boomerang existe, se generan cosas buenas y otras malas, por celos y diferentes sensaciones que a veces uno no entiende y quizás, a pesar de ser un chico de calle y de barrio, y de haber salido de Flores, no precisamente muy inocentón, nosotros llegamos muy inocentes allá arriba. Y no es tan así.

_¿Hubo traiciones en el camino?
Esto fue un reino, pasó de todo. Y quizás muchas cosas también se fueron desgastando. Pero la música nos volvió a juntar. Eso pasó cuando yo estaba con "Temple" y mi carrera solista, y en cuestión de un año cambié todos los músicos. Y en una de esas, buscando cantante, no había ninguno a la altura, y en un momento lo llamo a Adrián para ofrecerle el puesto. Vino, y sucedió otra vez todo lo que había pasado años atrás. Los empresarios dijeron "¿por qué no hacemos Rata de vuelta? ", y ahí la presión de la gente nos guió a volver.

_¿Algún grupo ocupó el lugar de Rata en los años de ausencia?
Yo siempre digo lo mismo: cuando aparezca, nos vamos a dar cuenta todos, como pasó con Rata Blanca. Y ojalá que pase, porque realmente me gustaría, y no una, diez bandas que logren lo que nosotros hicimos, y más también. Lo que sucede es que nuestra industria musical no es tal. Si Rata hoy es una banda internacionalmente conocida es porque supimos invertir parte de nuestro dinero en giras.

_¿Perdieron plata?
Sí. Ganamos, perdimos, invertimos. Cuando uno quiere hacer las cosas tiene que apostar. Además, no me imagino haciendo otra cosa. En su momento hasta cuidamos la calidad del público, el heavy metal en Argentina era una especie de toro salvaje que iba sin dirección y rompía todo sin sentido, y por nuestro futuro tuvimos que sacar la violencia de ciertos personajes que venían a los conciertos a hacerse los loquillos. Los sacábamos a patadas y eso hizo que la gente entendiera que el espectáculo estaba arriba del escenario, y no abajo.

_Pero sin pogo, no sería metal....
Por supuesto y sigue existiendo. El público de heavy metal es uno de los mejores en Argentina, salta, baila y grita, pero con un criterio de fiesta y no de locura.

Enlaces patrocinados - iAvisos
LA RAZON