LOS NI...NI...NI

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Los “Ni, Ni… y Ni”
Según datos oficiales de hace un par de meses, los jóvenes “Ni,ni” (que Ni trabajan, Ni estudian) ascienden a la cantidad de 186.000 , cifra que –como todas las que da este gobierno- seguramente está “retocada”, pero viene a ser algo más que la tasa de desempleo ¿cómo es esto? Muy sencillo, la tasa de desempleo considera los que buscan trabajo, estos jóvenes ni estudian, ni trabajan, ni les interesa trabajar y la única solución que propone el gobierno es darle un “salario” para ver si estudian.
En todos los barrios de Montevideo proliferan las “barritas” en las calles y esquinas, integradas por jóvenes menores y no tan menores, muchos de los cuales ni siquiera viven en las cercanías y que, amparados por las leyes y reglamentos, se han transformado en “intocables” para la policía y para los propios padres. Impertinentes, maleducados, envalentonados y muchas veces agresivos, consumen abiertamente alcohol y drogas , escandalizan, se insultan y pelean durante la tarde y hasta altas horas de la noche de cada día (por la mañana duermen), burlándose e intimidando a los vecinos que solo quieren vivir en paz.
Dos clases de gentuza integran estos grupos: los que son “bancados” por la familia (comida, vestimenta, techo y a veces hasta algún dinerito) y los otros que viven de la venta de droga, hurtos, rapiñas, etc., delitos que se planean en las reuniones de estas verdaderas ”mafias”; suele haber también unos pocos integrantes que viven de la mendicidad en sus diversas formas (malabaristas, limpiavidros de coches, etc) o de “changas” ocasionales como por ejemplo el “delivery” (obviamente “en negro”).
Hay que forzar al gobierno que elimine las absurdas disposiciones que atan de manos a policía, educadores y a los propios padres, hay que terminar con la burla a la ciudadanía honrada que es el INAU, hay que reorganizar el M.de Seguridad Social, para que no remunere la haraganería y la vagancia.
Quizás un primer paso para esto sea el proyecto de reforma constitucional de blancos y colorados. Ya vimos un efecto: los “mega operativos” policiales en las zonas rojas empezaron con este proyecto que, mal organizados y posiblemente con preaviso a los delincuentes, han dado muy magros resultados; pero no deja de ser un cambio en la política del FA de protección a la delincuencia.

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Agencias

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