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--JULIO BOCCA EN LUCHA...LA LUCHA ES PARA HACER LABURAR A LOS URUGUAYOS.

Entrevista. El responsable del resurgimiento del ballet en Uruguay
Julio Bocca: la danza puede llegar a ser tan popular como el fútbol
El maestro Julio Bocca no necesita presentación. Es la figura visible de esta nueva etapa en que los espectáculos de danza clásica logran una concurrencia masiva y el Ballet Nacional del Sodre cosecha aplausos en todo el país. Bocca dialogó con LA REPUBLICA sobre su forma de ver y sentir el arte.
Julio Guillot
En esta entrevista, abordamos diversos aspectos relativos al arte de la danza, la evolución que ha sufrido el ballet clásico, la irrupción de la danza contemporánea y las experiencias más recientes. Asimismo, el maestro Bocca habla de su idea de una escuela integral de arte conviviendo en un mismo lugar físico con la enseñanza curricular.



--Este año el Uruguay se destaca por dos fenómenos: el éxito futbolístico en el Mundial, y el resurgimiento del Ballet del Sodre. ¿Podés establecer un vínculo entre esas dos cosas?

--El vínculo que puedo ver es que la cultura en general, y la danza en particular, pueden llegar a ser tan populares como el fútbol. Recuerdo que ya desde niño me preguntaba por qué la danza no podía estar en una cancha de fútbol; entonces, hay claramente una relación, y yo llegué a hacer espectáculos en la cancha de River y en la de Boca Juniors. Llevé el ballet a una cosa más masiva y más accesible para todos. Y creo que eso se está dando también aquí, en Uruguay, y está bueno que las dos cosas, totalmente diferentes, tengan éxito y motivo de satisfacción para la gente.



--¿Quiere decir que antes de esos espectáculos que realizaste en estadios deportivos, el ballet clásico estaba al margen de lo popular, o era demasiado elitista?

--No, ya desde antes era común salir de gira por el Interior para llevar los espectáculos a todos los rincones. Justamente ayer el Ballet del Sodre cumplió 75 años pero ya en el año 55 salió de gira por todo el país, sacando el ballet fuera de los templos; hay fotos de espectáculos en el Parque Rodó, en el Parque Rivera, y la gente concurría masivamente. Así que ya era popular. Lo que pasa es que luego se fue perdiendo esa característica, y lo que yo hago es tratar de recuperar algo que ya estaba en la historia, lo mismo que en Argentina. En Argentina también, el ballet se acercaba a localidades de provincia, pero después hubo años en que se perdió todo, y luego se empezaron a exigir tantas cosas que llega un momento en que eso resultaba imposible. Lo importante es el artista y estar arriba del escenario.



--Esos años de pérdida, ¿coinciden con la dictadura?

--No sabría decirlo. Lo que sí sé es que en el Teatro Colón, el bajón se produce después del accidente del 61, el accidente aéreo en el que murieron los integrantes del cuerpo de baile. Después de eso, surgieron figuras pero costó remontar eso. Acá pasó algo así con el incendio del Sodre, hace 40 años: como pasó mucho tiempo antes de volver a tener un teatro, hubo un bajón. Y el ballet, como siempre, es el último orejón del tarro.



--¿Eso es así en todos lados?

--En casi todos lados. Hay lugares como París, que tiene su teatro, donde el ballet es lo más importante, pero en nuestros países, el ballet es siempre el postergado; sin embargo, es el que más llena las salas, el que lleva más público...



--Hay artes --pienso en la literatura o la plástica--en los que no hay una exigencia de formación y de entrenamiento permanente para el artista. Pero la música y el baile exigen una formación rigurosa previa y un entrenamiento diario.

--Es así. Y en el ballet la cosa es más exigente aun que en la música, porque nosotros corremos con más cosas en contra que un músico. Nosotros llegamos a una edad determinada en que el cuerpo --que es nuestro instrumento-- ya no da; en cambio, un violín, un piano, se pueden tocar aunque el intérprete sea de edad avanzada. Tal vez haya que excluir a los vientos, pues exigen un esfuerzo físico mayor. Pero lo nuestro es un entrenamiento de siete u ocho horas diarias como mínimo para poder mantenerse en forma de modo de tener una calidad artística de nivel; un entrenamiento de menos de esas horas, no sirve para nada.



--He ahí otra similitud con un deporte como el fútbol, que exige entrenamiento riguroso y que, llegada cierta edad, ya no se está en condiciones físicas de jugar.

--Sí, en cuanto a la exigencia, sí. Pero, además, nosotros tenemos que ser actores, tener un oído musical... La danza es uno de los artes más completos, es una actividad que abarca todo.



--Vos estás a cargo de la dirección del cuerpo de baile del Sodre. ¿También estás a cargo de la Escuela?

--No, de la Escuela no. Hay un director, que es Alejandro Godoy, y lo que pretendo yo es ponerme más a disposición y tratar de llegar a un acuerdo por el cual la escuela pueda tener una relación más estrecha con el cuerpo de baile. Hay que lograr que los alumnos tengan mejores estudios, que se pueda armar una escuela educativa de arte donde los chicos puedan hacer primaria y secundaria, todo en un mismo lugar físico, y al mismo tiempo que los chicos del último año no tengan que dar prueba de admisión para entrar a la compañía sino que puedan ingresar directamente por mejor puntaje, y de acuerdo con lo que uno, como director artístico del Ballet, necesita; que haya una continuidad, que los chicos que van a esa escuela tengan el incentivo de pasar a integrar la compañía. En definitiva, que los chicos no estén obligados a andar corriendo de un lado a otro, lo que lleva a que no puedan dedicarse cabalmente a lo artístico o a la enseñanza curricular; que deban desatender una de las dos. Si todo está concentrado en un lugar físico, creo que eso va a generar muchas más inscripciones, mucha más facilidad, mejor educación y mejores artistas, con una formación más integral y con mayores facilidades para los padres, que ya no deberán ocuparse de llevar a sus hijos de un lado a otro.



--El ballet clásico, ¿cuándo surge?

--No hay una fecha exacta. La danza existe desde siempre, porque es parte de la comunicación de los pueblos. Pero en las danzas cortesanas ya se aprecian elementos de lo que conocemos como ballet clásico; en la vestimenta, y en otros detalles. La función del bailarín varón fue en sus orígenes la del "cargador" de la bailarina, el soporte para que ésta desplegara su arte; el varón no tenía una presencia, sobresalía más la mujer como presencia. Si usted ve las grandes obras como Gisèle, Sílfides, todo está en función de la mujer. Luego aparecen Nijinsky y Nureyev, figuras que le fueron dando más importancia a la parte masculina; ahí el bailarín se despegó un poco de su función de cargador, de "levantador" de bailarinas. A partir de ahí, muchas obras empezaron a crear para la pareja, de modo que empezaron a tener la misma responsabilidad las dos figuras. Pero al principio, el varón estaba limitado a un papel secundario.



--Era la inversa de lo que ocurre en otros ámbitos de la vida, en que la mujer ha sido relegada a un segundo plano...

--Así es. Y en cuanto a la indumentaria, las mallas obedecen a razones estéticas, a la necesidad de marcar las líneas, incluso antes no se usaba el suspensor, que desde hace un tiempo ya se impuso también por razones estéticas.

También ha habido una evolución en el aspecto físico. Antes los bailarines eran más morrudos, ahora son todos altos, espigados, de musculatura alargada; la técnica también cambió: es mucho más de calidad, más sutil.



--Antes de este ballet clásico, académico, el antecedente son las danzas populares.

--Exacto. Las danzas que componen una suite (sarabanda, giga, minuet, etcétera) todo eso fue tomado por la Escuela Bolera. Si uno ve la Escuela Bolera, son todos pasos rápidos y con agilidad, no es tan impactante como la escuela rusa, con sus saltos espectaculares, con esas explosiones.



--La danza es una de las primeras expresiones artísticas. ¿Qué se proponían expresar aquellas primeras danzas populares?

--Son una forma de comunicación. Ya en los comienzos, cuando el hombre todavía no había desarrollado el lenguaje, su forma de comunicarse era por medio de danzas rituales, danzas guerreras; luego, danzas espirituales, religiosas; después tenemos las danzas de salón, de la corte. La danza es todo, abarca todo. Y no es necesario hablar para comunicarse en cualquier parte del mundo, para poder contar algo, para expresar algo, para narrar una historia, para transmitir un sentimiento.



--Debe haber, entonces, un equilibrio entre lo que se quiere expresar y la forma en que eso se expresa.

--Está todo muy imbricado. También está la plástica. Pero incluso en una obra que podríamos llamar abstracta, siempre hay algo que transmitir, un sentimiento del artista que está moviéndose. Algo siempre se siente, siempre se transmite algo; puede no haber un argumento, pero el movimiento transmite sensaciones, emociones individuales o grupales, según la situación o la circunstancia. Y también está lo puramente estético, la línea, lo visual. Cuando vas a un museo y ves una de esas obras "modernas", a veces uno puede decir "ah, qué interesante cómo esa mancha ahí refleja la luz", y otras veces uno ni se conmueve.

Todo depende de cada ser humano, de cada espectador, de cómo se siente cada uno al entrar a un teatro, cómo se prepara; y también depende de cómo se siente el artista. Lo nuestro es el vivo, y el vivo te puede dar un montón de cosas, te puede aburrir, te puede maravillar, y sin embargo, quizá lo único que hace el artista es caminar, pero depende de la forma en que ese artista camina, lo que da, lo que transmite. También depende del día, de las cosas que pasan en el día. Podés tener todo maravillosamente preparado y de repente se viene un corte de luz, o el sonido se corta y eso influye mucho en el espectáculo. Eso es lo lindo que tiene el vivo, y la danza te da un margen para poder hacer un montón de cosas; está la música, lo visual, la estética, lo auditivo, las sensaciones, la plástica, la técnica...



--¿Qué juicio te merece la incorporación de elementos del tango como baile a los espectáculos de ballet?

--Bueno, pienso que el tango ha tomado más del ballet que al revés. Una de las que empezó esta fusión del tango con la danza contemporánea fue Ana María Steckelman, que hace muchos años que lo viene haciendo, y a partir de eso ves a los bailarines tangueros incorporar pasos de danza; antes no veías a un tanguero levantando a una bailarina, haciendo un gancho, con giros. Antes era un baile más de contacto, más lascivo, y ahora se le han agregado otras cosas. Y nosotros hemos incorporado partes de pasos de tango cuando se quería hacer una obra de tango. Creo que eso es maravilloso, a mí me gusta mucho el tango y aplaudo esa fusión.

El tango también empezó de esa forma, con esa cosa entre dos hombres que pelean por ver quién tiene el poder; el tango como danza tenía una característica de lucha. Y es interesante notar cómo fue evolucionando, cómo fue interviniendo la mujer, cómo se fue después estilizando para pasar de algo muy terrestre a algo más etéreo. Ahora tenés un montón de estilos, desde el tango de salón hasta el de burdel.
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Etiquetas: JULIO BOCCA URUGUAY SODRE BALLET
viernes 26 de noviembre de 2010 opinemoshoy