LA ANGUSTIA DE LOS PORTEÑOS.TARETTO

"MEDIANERAS" EN LA BERLINALE
Pinceladas de la soledad en Buenos Aires
En la sección Panorama se proyectó el film de Gustavo Taretto que alude a la angustia de los porteños, en parte, por culpa de las construcciones urbanas.


PorJAVIER FIRPO
enviado especial a berlin
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Etiquetascine Festival de cine
El cuentito es más o menos así: Mariana y Martín viven en la misma manzana, el uno frente al otro, pero no pueden encontrarse. Sus caminos se cruzan a diario. Coinciden en el videoclub pero los separa una estantería.

Se sientan en la misma fila del cine pero la sala está a oscuras.

"Medianeras" es el relato de la ciudad que se interpone entre ambos, la que los une y a la vez los separa.

Se presentó ayer en la sección Panorama de la Berlinale el film, entre cómico y angustiante, del publicista, músico y cineasta Gustavo Taretto, protagonizado con solvencia por Javier Drolas y la española Pilar López de Ayala (elegida por el director luego de verla en otro film). Surgido de un multipremiado cortometraje, Taretto recuerda que cuando se compró su primera cámara de fotos, le "daba vergüenza fotografiar personas", por eso eligió edificios. "Desde entonces empecé a preguntarme cómo la arquitectura influye en la gente, y viceversa. Creo que de acuerdo a las construcciones de Buenos Aires, un extranjero puede conocer la idiosincrasia de su gente", analiza el debutante.

"Medianeras" alude a la an- gustia, a la soledad, al miedo y al "mejor estar solo, es más fácil y más cómodo". Quizás la ciudad sea la gran protagonista de la película, porque funciona no sólo como el escenario en el que suceden las cosas, sino que alcanza una entidad propia.

"Uno de los puntos de la trama es la ciudad como mal moderno, donde se sufre la soledad de vivir en megalópolis, con sus ataques de pánico, neurosis, fobias, aglomeraciones", describe el realizador.

López de Ayala, de belleza sutil, siente que se trata de "una película de encuentros y desencuentros, de lo difícil que es en las ciudades de hoy que dos personas se conecten. En realidad, se vive conectado, pero hay cero comunicación. Si te pones a pensar, hoy tenemos más imanes de delivery en la heladera que amigos, la vida moderna nos encierra en espacios cada vez más chicos, separados unos de otros donde la vida es más virtual".

Taretto, en línea con la actriz, complementa: "La vida moderna nos ha puesto en una carrera loca, de permanente tensión social fuera de casa, de enorme desprotección, y cuando llegamos a nuestro hogar buscamos un área de seguridad en el encierro, e internet facilita el encierro".

Finalmente, los dos jóvenes protagonistas (López de Ayala y Drolas) resultan personajes identificables para una generación que, evidentemente, padece cierta confusión. Y el realizador va al meollo: "La trampa de la virtualidad hace que todo sea más seguro: una propuesta, una respuesta. Es mucho más cómodo y menos comprometedor un monitor que el cara a cara."

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