La circulación global e instantánea de la información nos lleva a ser hoy más conscientes de cuánto sufrimiento hay en el mundo y de cuántos problemas afronta la humanidad.
Intentemos hacer un elenco:
--la pobreza de multitud de personas, hermanas y hermanos nuestros, que viven en la miseria o que no conocen otra cosa que sufrimiento y explotación.
--la todavía más profunda pobreza de no conocer a Cristo que, según la madre Teresa de Calcuta, es "la primera pobreza de los pueblos" y de la que no se libra ningún rincón de la tierra.
--las guerras.
--las injusticias, la crisis moral y las "estructuras de pecado" que pueden parecer inevitables e imposibles de erradicar del mundo complejo en que vivimos.
--la agresión a la vida desde la concepción a su fin natural.
--la crisis de la familia, insustituíble célula básica de una sociedad sana y próspera.
--el relativismo cultural y moral que hace perder el sentido de la búsqueda y de la existencia de la verdad.
--la desequilibrada y miope relación con la naturaleza, a veces explotada salvajemente, a veces "idolatrada" y paradójicamente objeto de una atención mayor que la reservada al ser humano.
--los hermanos y hermanas que sufren enfermedades.
--un desarrollo científico y tecnológico que puede ir adelante, a toda costa y en cualquier dirección posible, sin plantearse de ningún modo el problema de que la ética del comportamiento humano deba en cambio imponer límites.
--los hermanos y hermanas que todavía mueren mártires en muchos lugares del mundo por testimoniar y llevar a Cristo.
--la agresividad, la hostilidad y la censura que a veces se reservan al Papa y a la Iglesia en el anuncio del mensaje de verdad y amor del Evangelio.
--la crisis económica que ha golpeado a enteros Estados y parece quitar horizontes de esperanza a tantísimas personas.
Frente a todo esto, nosotros como cristianos y como aficionados a ZENIT, ¿cómo nos situamos?
Como nos enseña la "Gaudium et Spes" el mundo nos presenta motivos de tristeza pero también muchos motivos de alegria, o sea las semillas de vida, verdad y amor, muchas veces silenciosas, que las personas de buena voluntad cultivan en todos los rincones del planeta construyendo el Reino de Dios.
Que haya persecuciones, problemas, sufrimientos e injusticias es muy triste y toca profundamente a nuestra sensibilidad humana, pero probablemente es también "normal". Cada época de la historia de la humanidad ha tenido que afrontar y superar sus graves problemas. ¡A nosotros nos toca afrontar los de hoy!
Estamos convencidos de que lo que hace falta hoy es ¡un gran mensaje de esperanza!
Un mensaje en el que todos los hombres puedan sentirse unidos en la gran batalla/misión que no es la de hermano contra hermano, sino la de todos y cada uno contra el mal.
Es el mensaje que no se cansan de anunciar multitud de hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo, así como los cristianos que tratan de poner en práctica el Evangelio, la Iglesia y el Santo Padre Benedicto XVI.
¡Y el gran mensaje de esperanza es el mismo Cristo!
El mensaje y la experiencia de Cristo es la cuña que rompe el hielo, que ahuyenta el mal, que transforma la vida de las personas... luego ven todo el resto: el crecimiento humano y espiritual personal y de enteras sociedades.
¿Cómo se puede difundir este mensaje si no hay quien lo anuncie?
Esta es la misión de ZENIT. ¡Es nuestra misión!
Es verdad que vivimos muchas dificultades pero también es verdad que, justo donde hay degradación y vacío de valores, los hombres tienen gran sed de Cristo y de su enseñanza.
Y al mismo tiempo el mundo de hoy ¡ofrece muchas oportunidades!
Queremos utilizar en el modo más eficaz posible los instrumentos que ofrece la actual tecnología para difundir en cada rincón de la tierra el mensaje del Papa, de la Iglesia, de los cristianos y de los hombres de buena voluntad de todo el mundo.
Frente a los desafíos que tenemos ante nosotros, queremos ser protagonistas.
Seguramente usted ya lo es con su trabajo y sacrificio cotidiano.
Hoy le proponemos ser protagonista añadiendo algo a lo que ya hace.
¡Ayúdenos personalmente a realizar la misión de ZENIT!
Para ello, le pedimos un donativo. Puede enviarlo usando el enlace:
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Un cordial saludo y gracias de antemano por lo que pueda hacer.
Carmen Lago
ZENIT
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