Agrupación lubola explotaría el viejo "parador del cerro"

Agrupación lubola explotaría el viejo "parador del cerro"
Adjudicación. Será de forma directa tras fracasar licitación


ANDRÉS LÓPEZ REILLY

La inseguridad de la zona fue determinante para que no se presentaran interesados, según la IMM. El llamado para explotar el Parador del Cerro quedó desierto y analizan adjudicarlo de forma directa a una organización lubola.

En las décadas de 1970 y 1980 el Parador del Cerro fue un verdadero fenómeno de la noche montevideana. Por allí pasaron Joan Manuel Serrat, Astor Piazzolla, Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños, Estela Raval, Vinicius y hasta la estrella del cine porno italiano la Cicciolina.

Desde hace años este lugar, ubicado en un balcón privilegiado de la ciudad, a los pies de la Fortaleza, se encuentra en un estado de absoluto abandono.

La Intendencia hizo el año pasado un llamado para su recuperación y explotación, pero la licitación quedó desierta. Ahora, estudia la posibilidad de adjudicarlo, de forma directa, a la agrupación cultural Kimbara -una de las comparsas participantes del Carnaval-, que esta semana oficializó su propuesta para transformar el lugar en un centro gastronómico con talleres de candombe y tango.

La Intendencia resolverá en unos 15 días, aunque en principio entiende que la propuesta "es interesante desde el punto de vista cultural y de preservación del bien patrimonial", dijo ayer a El País el asesor del departamento de Desarrollo Económico Rafael Rügnitz.

"Realmente tenemos algunas complicaciones en cuanto a la seguridad, lo que limita mucho la oferta que pueda desarrollarse para los turistas sobre todo. Si lo dejamos así, como está, con el transcurso del tiempo no nos queda nada. Hay un 222 que cuida el lugar pero que es de lo más ineficiente. Cada vez que voy, le falta un vidrio", indicó Rügnitz.

OBJETIVO. El representante de Kimbara, Miguel Surraco, adelantó al portal Infonegocios que la propuesta "conjugaría un servicio gastronómico con clases de tango, variedad de danzas y espectáculos de candombe, destinados a personas de diversas generaciones".

Surraco dijo además que Kimbara está armando un grupo comunitario de pintores y sanitarios para ayudar a reconstruir el sitio.

Rügnitz, por su parte, explicó que "lo mínimo" que se necesita para reponer las baterías de baños, parte de la instalación eléctrica, los vidrios, pintura y demás, son US$ 40.000, "sin tocar nada de la mampostería, ni levantar tabiques o paredes". Pero además, Kimbara deberá pagar un canon mensual a la Intendencia, que aún no ha sido fijado.

"Se discutirá en función de la inversión y de las contraprestaciones. Si ellos, en los talleres, incluyen a los adolescentes del entorno y los sacan de las calles, lo consideraríamos importante, más allá de lo que implica frenar el deterioro por el vandalismo. El solo hecho de que esté ocupado para nosotros ya resuelve buena parte de los problemas que tenemos allí", explicó el asesor del Departamento de Desarrollo Económico de la Intendencia.

El plazo de la concesión será el mismo previsto en el llamado que quedó desierto: 8 años.


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