cuarteto francés Tryo llega mañana a la Sala Zitarrosa

cuarteto francés Tryo llega mañana a la Sala Zitarrosa
Sonidos de otoño. El concierto forma parte del nuevo ciclo del Jazz Tour


ALEXANDER LALUZ

Manu Eveno, Guizmo, Christophe Mali y Daniel Bravo son Tryo. No salió mal la cuenta. Esta banda francesa -con un chileno, Bravo, parapetado en la percusión- suman tres, hacen muy buena música y, mañana, aterrizan en la Sala Zitarrosa.

Este concierto -la segunda fecha del ciclo Sonidos de otoño del Jazz tour- suma una fecha más al regreso de este cuarteto de culto a tierras latinoamericanas, en la que están poniendo en programa muchas de las canciones de sus cinco discos, y sobre todo las de los dos últimos, Ce que l`on sème y Sous les etoiles.

Desenfado y mucha comunicación. Eso es lo que resalta en las performances en vivo de Tryo. El reggae sigue siendo, como en sus comienzos, quince años atrás, un lenguaje y un marca estilística dominante. Aunque las elecciones creativas no terminan ahí. Algo del histórico jazz manouche y esos sonidos que afilian lo acústico y lo eléctrico en un inconfundible sonido guitarrístico, el ska, gestos y timbres "exóticos" (claro, para el establishment de la música occidental) de otras culturas, suman aportes a una propuesta fundamentalmente acústica.

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Sobre el escenario, el aire festivo, desacartonado, cobija un muy ajustado ensamble vocal e instrumental, y oficia de vehículo estético para el filoso pensamiento crítico que atraviesa muchas de las letras de sus canciones.

Con esos ingredientes (que, por suerte, no se agotan en una receta candidata a la interminable repetición) los ha convertido en una banda de culto no sólo en Francia. Por estas latitudes también han conquistado un número nada despreciable de seguidores, que siguen sus ediciones discográficas (la explosión fue con aquel primer disco titulado Mamagubida, de 1998) y las difunden en ese viejo y siempre efectivo "boca a boca". Válida pero tan temida por los medios y la gran industria, esta forma de circulación ha cargado de energía la apuesta de Tryo, y ha preservado la frescura en las formas de recepción (las mismas que renuevan el placer en el "pone de vuelta el disco").

Fogón en los Pirineos. Los relatos sobre la formación de Tryo no son "espectaculares". Guizmo y Eveno hicieron buenas migas con Mali, actor de profesión, hacia mediados de los años noventa, en una suerte de cruce entre dos parientes cercanos: la música y la comedia musical.

Ya como barra de amigos, hicieron las primeras pruebas para una nueva formación en un fogón guitarrero en los Pirineos. Ese espontáneo ensamble dio buenos resultados, y, no mucho tiempo después, devino marca de la nueva banda. El primer nombre que los identificó fue Mort aux Vaches, pero luego de varias presentaciones por la costa francesa, Guizmo, Eveno y Mali redujeron el nombre a Tryo.

En 1996 se les pliega el percusionista Daniel Bravo, y el trío pasó a cuarteto, llegan la agenda con más conciertos, hasta que entran al estudio para grabar Mamagubida. Este título les permite dar un salto en popularidad, dejando algunas canciones en calidad de himnos de la banda (La main verte, es uno de ellos). Abierto el camino en la industria y en los medios franceses, llegan en 2000 el segundo disco, Faut qu`ils s`activent, en 2003 Grain de sable, y un año después un registro en vivo de dos conciertos.

La propuesta, reafirman los Tryo en casi todas las entrevistas, sigue siendo la misma: buscar siempre la cercanía con el público, la comunicación directa, incluso en escenarios grandes, e integrar mucho del mapa musical del mundo. Esto, seguramente, quedará corroborado mañana, en la Sala Zitarrosa, a las 21 horas.

Del reggae francés al flamenco-tango
Horas después que Tryo haga su descarga de energía en la Sala Zitarrosa, el nuevo ciclo del Jazz tour, "Sonidos de otoño", tiene reservada una cita con un señor del flamenco, en el flamante Auditorio Nacional del Sodre.

¿Cómo? Efectivamente, el recinto reservado para los maestros de la música clásica, culta, artística, erudita..., esto es la moderna Sala Eduardo Fabini, recibirá el jueves, a las 21, por primera vez a Diego El Cigala. Este ícono del flamenco llega a la región con un plan que, confesó recientemente a El País, lo tiene muy entusiasmado: integrar el flamenco con el tango. Durante su pasaje por Buenos Aires, grabará un DVD en vivo, con este material que promete tener a figuras destacadas del género ciudadano y rioplatense y del rock, como Andrés Calamaro. La semana, entonces, viene con mucho agite y, oídos agradecidos, con buena música.


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