CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. -- Ver .The one,

martes, 27 de julio de 2010

Doce teatros que Montevideo perdió

Doce teatros que Montevideo perdió
Muestra. En el Solís se abre una exposición sobre salas que hicieron historia en la ciudad


JORGE ABBONDANZA

Esta tarde en la sala de exposición del Teatro Solís se inaugura una muestra de fotografías, documentos, programas y viejos objetos sobre doce teatros desaparecidos, armada por Carlos Reyes.

Se trata de salas que se incendiaron, fueron demolidas o desmanteladas y que en la perspectiva general que ofrece esta exposición registran no sólo una hilera de pérdidas a deplorar sino que también delatan el escaso apego que Montevideo ha tenido por muchos espacios teatrales que fueron borrándose del mapa de la ciudad sin que abundaran los lamentos o las protestas ante esas desapariciones. Quien tuvo la idea de organizar esta evocación es el crítico Carlos Reyes (integrante de El País), que la propuso a las autoridades del Solís. Esa iniciativa le exigió una tarea de investigación muy cuidadosa y extendida en el tiempo, ya que abarca ejemplos de antiguas salas a partir del siglo XIX hasta algunos casos ubicados en la segunda mitad del siglo XX.

Allí figura el Teatro Cibils, que se levantaba en la calle Ituzaingó entre Cerrito y Piedras, que competía con el Solís por sus temporadas de ópera y que antes de incendiarse fue escenario de un espectáculo inesperado: el del famoso balazo al general Máximo Santos, sumando el magnicidio a los esplendores de su programación. Figura también el Politeama, que era el teatro más espacioso de Montevideo en su predio de Colonia y Paraguay, antes de que lo tragaran las llamas y de que se alzara en su lugar el Ministerio de Economía. Asimismo, en la lista elegida por Reyes figura el Teatro Colón, que estaba ubicado en Piedras y Juncal, sobre cuyos esmeros de construcción siempre hablaba Manuel Espínola Gómez, porque había observado que el piso de las galerías no estaba hecho de tablones sino de alfajías (es decir, tirantes de madera de sección cuadrada) para que ese suelo no crujiera bajo el paso del público.

Figura desde luego el Teatro Urquiza de Andes y Mercedes, que después se convertiría en el Estudio Auditorio del Sodre y que en su inauguración de 1905 -y durante cuatro décadas siguientes- lucía aquella decoración multicolor, un poco babilónica, en techos y paredes alrededor de un escenario donde la primera voz que resonó fue la de Sarah Bernhardt.

ESPLENDORES. La minuciosa búsqueda emprendida desde hace meses por Reyes le permitió entre otras cosas incorporar a la muestra el programa de mano que anunciaba a la célebre actriz francesa en su aparición inaugural del Urquiza. Las malas lenguas montevideanas decían que la diva -ya de 61 años cuando vino en 1905- no estaba en el mejor momento de su larguísima carrera y la voz no reflejaba sus aclamadas ondulaciones del pasado, las de La dame aux camélias. Pero nada de eso impide (105 años después) admirar el hecho de que esta ciudad se permitiera el lujo de convocar a la actriz más famosa del mundo para estrenar una nueva sala.

En la lista del investigador aparecen teatros con perfume gardeliano, como el Royal de Bartolomé Mitre y Reconquista, o salas tan añoradas e imperdonablemente demolidas como el Artigas de Colonia y Andes, cuyo techo era corredizo para que en verano entrara el fresco de la noche, permitiendo a los memoriosos recordar ese romántico antecesor del aire acondicionado. En la selección está también por supuesto, el Teatro 18 de Julio, donde quien escribe vio no solamente a Luisa Vehil, Esteban Serrador y Amalia Sánchez Ariño, sino también a los españoles de Romerías, al capocómico Paquito Busto y al precoz Pierino Gamba dirigiendo la orquesta de pantalón corto. Antes de comenzar cada función, en el 18 de Julio se corrían lentamente sucesivos telones con avisos publicitarios de toda índole. Pero en la lista asoma igualmente el Odeón, que en Cerrito y Ciudadela albergó en los años 60 las memorables temporadas del TCM con Guarnero, Zorrilla y Larreta paseando su galanura desde Chejov hasta Sánchez, mucho antes de que las llamas carbonizaran una sala que nunca se reconstruyó.

Claro que al margen de los doce teatros incluidos en la exposición, hay otros que también desaparecieron, pero lo valioso de esta muestra es que reavivará la memoria a veces frágil de los montevideanos. Porque la verdadera forma de saber cómo es la ciudad donde se vive, consiste en descubrir la historia que se oculta en ella. Entre los viejos fantasmas que circulan por Montevideo están los teatros perdidos, un empobrecimiento cuya responsabilidad ha sido compartida por el fuego y la piqueta, ejemplos de cómo la desgracia puede asociarse con la agresión para que vayan evaporándose tantos espacios culturales.

ESTÍMULOs. En verdad han sido muchos, al margen de los que Reyes ilustra prolijamente en el subsuelo del Solís. Entre ellos se contaron por ejemplo el Nuevo Teatro Circular en Convención casi 18 de Julio, el Teatro Palacio Salvo en las profundidades de esa mole, el Cervantes sobre la calle Soriano y El Galpón de Mercedes y Roxlo, pero también figuró la sala de Teatro del Pueblo en la calle Yaguarón, que se incendió hace 55 años y fue pionera del florecimiento de los escenarios independientes, aunque su destrucción fue un presagio de otros recintos destinados a desaparecer.

Ahora, la muestra sobre doce teatros permitirá ordenar los recuerdos del visitante para mejorar el conocimiento de lo que fuimos, que es una necesidad (y un compromiso) de todos los que aspiren a mantener su cabeza en funcionamiento. Y de paso puede ser también una invitación que enseñe a pelear por la conservación de las salas que siguen en pie, defendiéndolas para que no terminen como el agujero negro del Odeón o el baldío estacionamiento del Artigas.


El País Digital

No hay comentarios: