CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. -- Ver .The one,

sábado, 4 de septiembre de 2010

Salgo en tv, luego existo,television - celebridades - fama - fama - exito - bafico15 minutos de puro cuento

Salgo en tv, luego existo,television - celebridades - fama - fama - exito - bafico15 minutos de puro cuento
Una "troupe" de personajes ignotos que desean dejar de serlo a cualquier precio, una televisión que los recibe de brazos abiertos y un público que no sólo acepta el fenómeno, sino que lo demanda; el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de celebridades exprés. ¿Todo sea por la fama?

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"Salir en televisión aparece como un signo de éxito personal; uno es en la medida que aparece. También pasa mucho en Facebook", reflexiona el psicólogo Bafico.

En 1968, no había YouTube, ni Internet, ni reality shows, ni videos filtrados de celulares perdidos, ni scoutings mundiales para buscarle novias a millonarios, ni desfile de siliconas y discursos freak. Incluso, cuando el padre del arte pop Andy Warhol realizó su predicción más conocida, Marcelo Tinelli -el hombre que por estos lares materializa esa profecía como ningún otro- apenas era un niño de escuela. Empero, en una exhibición de ese año en Estocolmo, el catálogo de una de sus obras rezaba: "En el futuro, todos tendrán sus 15 minutos de fama".

La frase, que sobrevivió largamente a su autor, tomó particular vigencia en los últimos años. Es que en estos tiempos, lograr popularidad está mucho más al alcance de cualquier cristiano que algunas décadas atrás, cuando la fama -al menos la deseada- venía inexcusablemente de la mano de un éxito o talento particular. Hoy eso ya no es necesario; los caminos son harto más cortos. Los medios de comunicación se han vuelto una fábrica de celebridades en serie y exprés: famosos de 15 minutos.

A la multiplicidad de herramientas para conseguirlo -concursos de talentos, programas de chismes o Internet como vertiginoso canal de difusión de lo que sea, por ejemplo- se suma la sed de estrellato por parte de una respetable cantidad de personajes ignotos que desean dejar de serlo. Y lo desean a cualquier precio.

Salgo en tv, luego existo. En general, la valoración que se desprende al decir que alguien "es famoso" es positiva. De manera instantánea se asocia a una virtud, al efecto por realizar una labor de forma destacada: un excelente actor, una gran bailarina, un reconocido escritor. Se sobresale por bueno. Otras veces es, sin embargo, el fruto no buscado de acciones reprobables. Hoy por hoy, parece ser un fin en sí mismo, y ya no una derivación secundaria de algo más.

El peligro es que esta nueva ¿tendencia? modifica la significación de éxito y se vuelca a un individualismo absoluto, según lo entiende el psicoanalista Jorge Bafico, quien ha escrito algunos trabajos analizando el tema. "Indudablemente estamos hablando sobre todo de la televisión y de los efectos que ella tiene en la sociedad o mejor dicho en los modelos identificatorios. Porque de alguna manera estamos incorporando eso que vemos. En la actual `sociedad del espectáculo`, incluyo por igual a Uruguay y a Argentina, en los programas de mayor éxito, sólo existe lo que se ve. Por lo tanto, si algo (o alguien) no se expone en las pantallas globales, si no está a la vista de todos, no garantiza que realmente exista. Este es un paradigma que se está instalando en la sociedad: el éxito no tiene que ver con las destrezas para realizar algo, sino con el mostrarse frente a las cámaras o una lente de fotos. Eso es un problema. Los jóvenes, niños y adolescentes están asimilando este modelo que es de un individualismo absoluto. La intimidad se ha convertido en un escenario en el cual todos debemos montar el espectáculo de aquello que somos. Y ese show del yo precisa ser visible".

Este fenómeno, destaca el psicólogo, responde a una serie de transformaciones que han ocurrido en las últimas décadas, donde intervienen un conjunto extremadamente complejo de factores, que convirtieron al mundo en un escenario donde todos debemos mostrarnos. "Si queremos `ser alguien`, precisamos exhibir permanentemente aquello que supuestamente somos", señala.

LLENAR VACÍOS. Aunque en estas latitudes el fenómeno remita de inmediato a la troupe de chicas "inventadas" por Marcelo Tinelli, amo y señor de las celebridades utilitarias y con fecha de vencimiento, el ansia por la fama es universal. No hace mucho, investigaciones en Alemania y China citadas por The New York Times demostraron que el 30% de los adultos en esos países dice tener fantasías rutinarias acerca de ser famosos y más del 40% espera disfrutar al menos de una racha pasajera de popularidad.

¿A qué se debe esta necesidad? "Algunos psicoanalistas plantean que cambiaron las premisas a partir de las cuales edificamos el yo, y eso sucedió porque también se transformaron nuestras ambiciones y nuestros horizontes. La moda incide en los cambios subjetivos", responde Bafico. Y prosigue: "El otro día escuchaba una pelea de dos mediáticos, una pelea fuerte, brutal, que estaba centrada en quién ocupaba más tiempo en televisión. Este ejemplo de alguna manera demostraría que estos individuos `mediáticos` necesitan estar presentes todo el tiempo, sin importar lo que digan o lo que hagan, sino estar".

En este sentido, tampoco parece que la permanencia ranquee muy alto. Los famosos exprés asumen que así de fácil llegan, así de fácil desaparecen. La cualidad de efímero viene en el paquete. Pero luego, no es tan fácil adaptarse. Pasar de ser la figura del momento a no ser reconocido ni por el quiosquero de la esquina no es para cualquiera. "Hay que pensarlo en cada persona y en cada estructura de personalidad. De acuerdo a esto, el impacto es de diferente forma. Hay gente que lo puede sobrellevar de una manera y hay otros que no. En una personalidad más de tipo narcisista, por ejemplo, el shock de perder la fama será mucho más fuerte que en otro tipo de estructura", explica Bafico.

En Argentina acuñaron un término nuevo para referirse a los famosos exprés. Les llaman "mediáticos", puesto que se caracterizan por salir continuamente en los medios. No importa por ni para qué, el denominador común es que el televidente los encuentra hasta debajo de la sopa: se pasean por todos los programas de todos los canales en todos los horarios. ¿Sólo buscan reconocimiento?

Habría que investigar cada historia, reflexiona el psicoanalista Bafico y cita dos nombres que en esta efímera actualidad son íconos del fenómeno: los argentinos Zulma Lobato y Ricardo Fort. Una travesti y un empresario; una marginada y un millonario. Dos realidades con un abismo de por medio pero con una aparente necesidad de aprobación como factor coincidente. "Las historias de ellos son muy diferentes. Sus estructuras de personalidad son distintas. Qué buscan, no lo sé. Habría que preguntárselos. Los dos intentan ser exitosos y aparentemente el éxito para ellos pasa por que hablen de ellos. Es un parámetro del éxito que manejan".

Analistas estadounidenses -país meca de los realities y concursos de talento especialistas en fabricar celebridades exprés- consultados sobre el fenómeno entienden que a los buscadores de fama la notoriedad les llena una suerte de vacío existencial y otorga consistencia a su vida. Bafico coincide: "Salir en televisión aparece como un signo de éxito personal. Uno es o existe en la medida que aparece. También pasa mucho en Facebook, con esas personas que están todo el tiempo mostrando su vida. Uno existe en la medida en que se ve reflejado en una mirada externa, ya sea un televisor o una computadora".

¿REFERENTES? El otro factor común a Fort y Lobato es lo bizarro: son dos figuras extrañas, difíciles de encontrar, fenómenos de colección para la televisión actual. En eso mismo radicaría su siempre creciente popularidad. "Lo bizarro siempre fascina. En el caso de Zulma Lobato, por ejemplo, da la sensación que su trasfondo psicológico es demasiado frágil. Es una especie de historia horrorosa que uno no deja de mirar, por algo tiene el rating que tiene y acaparó tantos minutos. Ricardo Fort es un ser extraño, complejo, con una ostentación del dinero que parece que puede hacer lo que quiera. Eso de alguna forma genera una fascinación morbosa en la gente", continúa en tanto el psicólogo.

Es que la abundancia de ignotos en busca de reconocimiento no tendría repercusión alguna si no fuera por la aceptación (e incluso la demanda) del público por estas nuevas figuras. Dos lados de una moneda acuñada a la luz de los rayos catódicos. "Hace diez años, Zulma Lobato nunca hubiera entrado en un canal de televisión porque es una paciente psiquiátrica. Sin embargo ahora la tele permite reírse de una persona así. Ricardo Fort tampoco hubiera trascendido porque no hubiera sido interesante. Antes se miraba la serie americana Dallas para ver una ostentación de riqueza. Lo que antes era en una novela, hoy es un reality", señala Bafico. Y concluye: "El ser humano siempre necesita ideales para perseguir. El gran problema hoy es que no hay ideologías fuertes. Hay una declinación del nombre del padre, en sentido de un referente a seguir. Los ideales son cada vez más vacíos. Uno no puede dejar de pensar que Tinelli es uno de los referentes del Río de la Plata, ya que todo lo que él hace genera cosas para que los demás se identifiquen, hablen. Hoy uno asimila las peleas mediáticas como algo común".

Soñar con ser desapercibido
Hace unos días, en medio de una ronda de entrevistas por el estreno de su última película Miss Tacuarembó -que versa sobre una niña del interior que sueña con ser famosa-, la actriz uruguaya Natalia Oreiro, quizás una de las celebridades nacionales más populares en la región, renegó de esa misma condición. "La tele de hoy tiene el éxito como un valor desmedido y transmite que lo importante es ser famoso. Yo creo que lo peor de mi trabajo es la fama. A mí me gusta actuar" pero "salir a la calle y que me mire la gente es lo que menos disfruto", confesó en declaraciones al diario argentino Página 12. Y agregó que de haber sabido que tal sería la consecuencia de su profesión, quizá no la hubiera elegido.

No es la única estrella que desea titilar tranquila. A la vez que hay fila de ignotos que se desviven porque algún día les pidan un autógrafo, existe otra de famosos consagrados que harían lo que fuera para pasar desapercibidos. Entre éstos, hay una amplia lista compuesta sobre todo por escritores que se niegan a dar entrevistas o ser fotografiados.

Es quizás un grupo que suscribe la letra del tango Vieja viola cuando recita que "la fama es puro cuento", aunque no por eso deja de complicarles la vida. Con una mirada lúcida y mucho conocimiento de causa, lo explicó mejor que nadie Woody Allen: "Una celebridad es una persona que se ha pasado la vida tratando de llegar a ser famosa y cuando lo logra usa lentes negros para que nadie la reconozca".


DIARIO EL PAIS DE URUGUAY

Etiquetas: television - celebridades - fama - fama - exito - bafico -

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