CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. -- Ver .The one,

viernes, 29 de mayo de 2009

pOLEMICA QUE SUGUE:ELCHARRUISMO Y EL ETNOCIDIO GENERAN POLEMICAdomingo, 24 de mayo de 2009, 09:34 pm

ELCHARRUISMO Y EL ETNOCIDIO GENERAN POLEMICAdomingo, 24 de mayo de 2009, 09:34 pm
De: "Rubens Stagno" Ver detalles del contactoPara: "red patrimonio paysandu" Estimado Rubens:

Releyendo la “polémica” surgida alrededor de este tema, recordé, busqué y encontré, un artículo del Diario La República al respecto.

Además del artículo en cuestión hay varios “comentarios” interesantes.

Saludos.

Hernán Zunín

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EDITORIAL – Diario La República

Sábado, 11 de abril, 2009 - AÑO 10 - Nro. 3235



178 años del asesinato de charrúas en Salsipuedes

Por Susana Andrade Atabaque-Espacio 609



Hay mucha gente al norte del río Negro, descendientes reconocidos y culturales del Cacique Vaimaca Perú, soñando con enterrar sus restos por aquellos lares, tierra regada con sangre de sus hermanos en enfrentamientos por la independencia de la patria naciente junto al general José Artigas.



Algunos sugieren la zona que los vio morir asesinados a traición y en masa en el arroyo Salsipuedes entre Paysandú y Tacuarembó y otros se inclinan por Salto en el Arerunguá, lugar bendecido por la naturaleza donde el general brindó espacio a los charrúas en un mundo que los arrinconaba.



No están conformes con que el cacique esté en el panteón oficial del Cementerio Central, aunque para la sociedad tradicional sea políticamente correcto. Pretendida reivindicación que tal vez más ofende intentando pagar lo irreparable. ¿Quién podría pensar que a un charrúa le gustaría lo "oficial"? Sol en la cara, pecho al viento y praderas abiertas para la libertad física y espiritual esencia de nuestros primeros habitantes.



Los charrúas no eran salvajes ni eran indios; eran aborígenes y libres. Naturales del lugar que les fue robado por los colonizadores europeos, luego "molestados" por su presencia que no conocía alambrados o tranqueras en su modo de vida comunitaria de caza, pesca y recolección. Los terratenientes ilegalmente apoderados de cientos de miles de valiosísimas hectáreas de campos, amparados por los criollos vende patria, dispusieron la desaparición de los charrúas de aquellas tierras mal habidas y la encargaron al general Fructuoso Rivera; este sí, un salvaje y sanguinario "Judas" de nuestra historia; el exterminio de esa estirpe de valientes fundadores de la patria sin galones ni grados militares. El traidor, pasado al bando opresor, seguramente para salvar el pellejo, el que alentaba a dar muerte a Artigas, el fundador del partido colorado, que por esto nació deshonrado, fue el mismo que engañó a los charrúas con promesas de mejorías y los emboscó desarmados a orillas del Salsipuedes matándolos, regalando a sus familias mujeres y niñas sobrevivientes para servicios sexuales y a los muchachos como peones sin sueldo con condición de hacerles olvidar sus orígenes. Hoy intentan contarnos otras versiones y ensayan disculpas. Siempre nos quieren aniquilar el recuerdo. Rememorar es peligroso para los aprovechadores de todos los tiempos, es subversivo y también porfiado. Es que si no cultivamos la memoria, podemos permitir por omisión otros genocidios.



Dice el maestro Gonzalo Abella: "Ser charrúa en el siglo XIX no era una determinación genética: era una opción cultural. Desde siempre había raíces diversas convergentes, ahora, desde el siglo XVII, había además sangre africana y europea en las aldeas charrúas. Las comunidades charrúas no se esfumaron en el aire: coexistieron con Montevideo colonial, participaron en la gesta artiguista, sobrevivieron a la ocupación portuguesa, apoyaron a los Treinta y Tres... Fue el Estado hecho a medida de los terratenientes el que comenzó a dispersarlas. La amarga exclusión del Estado Liberal de 1830 sólo trae represión para gauchos y para charrúas. Hoy los descendientes más memoriosos de aquellas comunidades viven en el mundo rural, y conservan hábitos de vida, prácticas productivas artesanales, prácticas curativas yuyeras y valores que provienen directamente de aquella cultura. Lo mejor de la cultura charrúa, de su legado de amor a la tierra, de conocimiento del paisaje, de sabiduría ancestral, de conocimiento yuyero, de ética inclaudicable, de solidaridad humana, se transfirió al mundo gaucho. Las asociaciones nativistas tradicionalistas, en tanto herederas del espíritu gauchesco, son hijas mestizas del charrúa, son sus descendientes culturales. Sienten de a caballo, como en el siglo XIX, esa hermandad multicultural que anduvo peregrina por la tierra charrúa cuando tuvimos 'un amanecer de medialunas'. Por eso ellas tomaron la iniciativa de llevar los restos de Vaimaca Perú a donde deben estar, al Arerunguá nativo. Pero las asociaciones nativistas no tienen ninguna exclusividad. Todos los excluidos de hoy son hijos sociales de los charrúas. Y son descendientes espirituales de los charrúas todos los muchachos y las muchachas que buscan el monte nativo y el paisaje serrano para hallarse a sí mismos hallando las raíces de nuestra identidad".



Cada 11 de abril y cada vez más a manera de homenaje, grupos nativistas y gentes de todas partes acampan en Salsipuedes y ofrendan flores a las aguas donde fueron arrojados los charrúas artiguistas caídos allí en 1831. Por la dignidad de un pueblo aborigen que nos pertenece, por el rescate de nuestra cultura ancestral: adelante con esa idea de llevar a Vaimaca a su descanso en paz. "Nada podemos esperar sino de nosotros mismos". Dijo José G. Artigas, llamado en charrúa "Karai-Guazú" (Gran Cacique o Profeta).



COMENTARIOS VARIOS

grigiea:tanto te molesta que pueda correr sangre charrua por nuestras venas?..no entiendo tu posicion...o preferirias que fuera sangre guaraní..

gervasio.lr21@hotmail.com - 11/04/2009 - 09:51 (#8)



Por identificarse, yo me puedo identificar como maori si quiero.

De todas maneras seguramente haya mas población descendiente de indigenas, pero no de los charruas.

giriea@yahoo.com - 11/04/2009 - 09:12 (#7)



Informe sobre perfil demográfico según ascendencia racial organizado por el INE/08. La encuesta pone de relieve el importantísimo crecimiento de las llamadas minorías raciales, en relación a las cifras relevadas hace diez años atrás. "La población que se autoidentificó como indígena pasó de 0,4% en 1996 a 2,9%", explicaron las autoras de la investigación Dra. Wanda Cabella y Ec. Marisa Buchelli. En Uruguay hay 90.000 personas que se reconocen como descendientes de indígenas.

www.ine.gub.uy

batalla28@hotmail.com - 11/04/2009 - 09:04 (#6)



Si claro, resulta que la tercera parte de nuestra población es descendiente de los charruas.

Esto me suena parecido al invento de la nación vasca por Sabino Arana.

Los charruas fueron lamentablemente exterminados, y no tenes ninguna herencia, ni cultural, ni de costumbres ni genética.

giriea@yahoo.com - 11/04/2009 - 08:37 (#5)





Investigador Eduardo Picerno.



Bien sabido es que los charrúas, aunque no dejaron obras materiales, dejaron lo más importante que fue su dignidad, su moral, su lealtad, su valentía, para no rendirse nunca, ni ante las condiciones más adversas.



El cumplimiento de la palabra empeñada, imperativo que se encarnó también en nuestro hombre de campo y en muchos de nosotros.



La clemencia, que luego toma Artigas, después de convivir 19 años con ellos, y lo expresa en la Batalla de Las Piedras.



Y ese hombre natural, que tenía el sentido de la libertad, que no aceptó ni tampoco impuso ideas religiosas, que era un laico sin saberlo, un patriota porque no abandonaba su tierra a pesar del peligro, que sin saberlo inspiró el concepto de "la patria o la tumba", vivió luchando, y murió luchando sin abdicar de sus valores. Este es el tema: la necesidad de tener siempre presente sus valores, que han sido desmerecidos muchas veces, y ahora lo son en forma grave, por personas que incluso ocupan cargos públicos, y refutar documentadamente sus aseveraciones erróneas .



Este es el motivo de informar minuciosamente a la Comisión de Educación y Cultura de Senadores, porque en ella los ciudadanos depositamos la preservación de nuestros valores, rescatados del encuentro con nuestras propias raíces, y no de indígenas extraños a nuestro territorio, a nuestra lucha libertadora.



Pues bien, una Nación puede llegar al extremo del heroísmo para defender su patria, (lo que era "patria para ellos"); su libertad de conciencia, por lo que se les consideró Infieles al no evangelizarse, y su libertad ambulatoria para no ser esclavos ni sometidos por aquellos que habían invadido sus tierras.



¿Cómo podría haber convivido Artigas entre los charrúas por diecinueve años si no se tratara de una nación arraigada a nuestra tierra y con valores éticos similares a los de nuestro prócer?



Así, multiplicando por 2 cada 30 años llegaríamos que a en 1990 habrían 160.000 descendientes y sólo de aquellas 10 indias charrúas. Pero no olvidemos que al cabo de los años en los siglos XVII y XVIII, continuó el mestizaje, aún más intenso, de charrúas puros con blancos, negros y otros indios, y que en el siglo XIX, específicamente, los sobrevivientes de la masacre de Salsipuedes, mujeres, niños y niñas, ya tuvieron que mestizarse obligatoriamente dada la desaparición forzada de la etnia, por el famoso reparto de "las chinas y sus crías". (Ver Daniel Vidart, "El mundo de los charrúas, página 103, Anexo 14)



Entonces es así que hemos llegado, completando los cálculos aritméticos y de probabilidades, descontando los hijos de personas que ya son mestizos (que no se duplican), a que en la actualidad tiene que haber un mínimo de 300.000 descendientes de charrúas, con un máximo que situamos en el número de 1.000.000 de los actuales habitantes del Uruguay.

/html/refutacion_uruguay_tierra_guar.html

batalla28@hotmail.com - 11/04/2009 - 08:15 (#4)



Historia de los charrúas

Tomado del libro de Daniel Vidart, El mundo de los Charrúas

Salsipuedes



Rivera, su sobrino Bernabé, el general Laguna y otros jefes se mueven con sigilo. No es posible luchar frontalmente contra los quinientos charrúas que se diseminaban aun al norte del río Negro. Todavía son temibles enemigos los remanentes de una etnia ayer soberbia y por ese entonces acosada, degradada y debilitada por el contacto con los vicios y enfermedades del hombre blanco, aunque dueña del espacio de los galopes y la estrategia de la supervivencia en un medio cada vez más hostil. Rivera se desplaza como un zorro cauteloso, al par que utiliza un doble discurso, como ahora se dice. Hay que prometerles a los indios el retorno al Paraíso Perdido del área riograndense. Luego es menester reunirlos sin que sospechen las intenciones de los promeseros y a continuación distraerles, ernborracharlos y, mediante un ataque fulminante, acabar con los caciques y los guerreros jóvenes.



Sobre la acción de Salsipuedes, acaecida en las puntas del Queguay el 11 de abril de 1831, no existen casi detalles. El diario El Universal, publicado en Montevideo, dice brevemente en su edición del 15 de abril: "Estamos informados de que en el día 10 del corriente ha habido una acción en Salsipuedes, entre los Charrúas y la división del inmediato mando de S.E. el Señor Presidente en campaña, en la cual han sido aquellos completamente destruidos". En realidad, no fueron completamente destruidos. Algunos caciques, desconfiados, no acudieron a la cita. Otros indios, muy pocos, pudieron escapar. Los muertos no fueron los cuarenta que consigna el parte de Rivera ni los miles que los charruístas endilgan a las malas artes de] General. Como antes dije, por ese entonces los charrúas eran alrededor de medio millar. Luego de la acción, breve y mortífera, los viejos, niños, mujeres y algunos combatientes fueron tomados prisioneros y conducidos a la capital. Su destino fue sellado por un etnocidio llevado a cabo con habilidosos procederes, que algunos califican como satánicos y otros como humanitarios.



La salida del cuerpo expedicionario a cargo del General Rivera cumplió a cabalidad con sus dos objetivos: terminar con las fecharías de los cuatreros y acabar con los charrúas.



Luego del combate, si así se le puede llamar, se difunde un cuidadoso y hasta elegante parte de guerra, fruto de los buenos oficios de un secretario letrado, cuyo contenido no tiene desperdicio alguno, tanto en lo que trasluce su meditada y elusiva sintaxis como en lo que callan sus calculados silencios.

batalla28@hotmail.com - 11/04/2009 - 08:00 (#3)



Atacaron a fuego vivo por la puerta y la ventana de la cocina a los indefensos que rodeaban el fogón; el del cárcax hizo uso de él hasta que lo voltearon. Así terminó Venado enviado a asesinar por Bernabé Rivera y así también, en breve, pagó el horroroso crimen que cometió siendo jueces de su causa y verdugos de su cuerpo, los mismos charrúas.



Los charrúas que se batieron con él y que le hicieron prisionero, le formularon cargos sobre los asesinatos de Salsipuedes y Queguay, cometidos a sus familias, lo mataron y mutilaron.



Los que con él se batieron, fueron unos pocos que se escaparon de Salsipuedes y que se habían ido a unir a Polidoro y componían treinta y cuatro hombres, número insignificante que se habían internado en las costas del Cuareim, campos desiertos en aquella época.



Luego del asesinato de los charrúas, se sublevaron Tacuabé y el indio Lorenzo, fieles a Rivera, y Bernabé les dio alcance, haciéndolos emigrar a Entre Ríos (estimaba a esos dos indios fieles). Como eran demasiados con él, los mandó para atrás y él con unos pocos hombres, marchó río Uruguay arriba hasta "Bella Unión" con el fin de encontrar a algunos de los de Tacuabé, sin saber que Polidoro y los suyos, allí se habían refugiado. Bernabé dio con el campamento, no con los treinta y cuatro, sino unos dieciséis que estaban acampados quienes se pusieron en retirada con las chinas a todo galope. Los más aptos para la pelea, incluso Polidoro, hacía dos días que andaban por el Cuaró buscando yeguas.



Seguía Bernabé persiguiendo a los otros y cuando los hubo perseguido como a legua y media, desesperado por alcanzarlos con el convencimiento de despedazarlos sin resistencia, ya estaba toda su fuerza a gran distancia, con los caballos cansados, mientras el pequeño grupo de indios conservaba su retirada en masa.



Bernabé iba tocando la retaguardia de los indios, pero era él solo y tenía a su fuerza dispersa. Ahí volvieron cara los indios y empezaron a lancear a los enemigos sin la menor resistencia; en este estado de desorden, rodó el caballo de Bernabé, dejándolo a él prisionero. Habían muerto quince hombre de los suyos y no murieron más, porque los indios no dieron un paso más y se contentaron con él.



Comenzaron a hacerle cargos de la muerte de sus familias; el teniente Javier, indio misionero, era de la opinión de no matar a Bernabé, para poder así recuperar a sus familias. Los otros, incluso las chinas, pedían su muerte. Y Bernabé les ofrecía de todo.



Cuando se habló de Salsipuedes, un indio llamado cabo Joaquín, lo pasó de una lanzada y a su ejemplo, lo siguieron los demás. Le cortaron las venas del brazo derecho para envolver la lanza del primero que lo hirió y lo tiraron a un pozo con agua.



Así concluyó Bernabé; lo sé por los mismos indios ejecutores, de quienes me he informado muy detenidamente, de los indios más capaces de explicarse; diez meses estuve con ellos en el año 1833 y siempre era la conversación dominante, como mataron a Bernabé Rivera".

giriea@yahoo.com - 11/04/2009 - 07:50 (#2)



En ese estado marcharon y estuvieron dos días con Bernabé. Temiendo que se le escaparan al ejecutarlos, los envió al Durazno, haciéndole entender a Venado que allí se les entregarían sus familias. En efecto Bernabé dio una carta a Venado y un oficial para que los acompañase.



Antes de la marcha de Venado con el oficial, Bernabé envió a un capitán con cuarenta hombre para que en la Estancia de Bonifacio, sita en el Queguay arriba, los emboscaran y los mataran a todos.



Llegaron una hora antes del amanecer, hacía mucho frío y el oficial los hizo entrar a todos a la cocina. Les proporcionó yerba, carne y todo lo que pudieron ofrecerles para tenerlos en descuido total. En ese momento, estaba el capitán en otra pieza, preparando las armas para fusilarlos. Los indios al entrar a la cocina, dejaron sus armas del lado de afuera, a sugerencia del oficial que los acompañaba. El indio del cárcax no había soltado su arco, por consiguiente, era el único armado.

giriea@yahoo.com - 11/04/2009 - 07:50 (#1)



Claro ahora toca apropiarse de los charruas también, y de paso mentir como de costumbre. Fructoso Rivera no tuvo nada que ver en la muerte de los charruas.

"Carta de Manuel Lavalleja relatando el episodio de Salsipuedes y la muerte de Rivera



"El Gral. Bernabé Rivera para exterminar a los indios charrúas dio principio a su plan, invitándolos para entrar al Brasil a traer los ganados que allí había, los cuales, según él, los brasileros los habían robado de este país en todas épocas y por tal razón nos pertenecían de derecho y a los indios charrúas más que a todos. Los charrúas siempre dispuestos contra los brasileros, y enemigos naturales de estos, no vacilaron en aceptar la invitación porque les interesaba invadir el Brasil.

Muy fácil le fue a Rivera poner a los indios en masa para darles el golpe de muerte que les tenía preparado en campos de Salsipuedes; sin embargo los charrúas, antes de marchar e incorporársele, consultaron si debían o no hacerlo y hubo dos de ellos que no se conformaron tomando la invitación como sospechosa –el cacique Polidoro y el Adivino- ambos y las familias de ellos, con sus tolderías se separaron de los otros y se pusieron en marcha hacia el Cerro del Pintado. Los demás, con sus familias, marcharon al campo que Rivera había elegido para asesinarlos; como llegaron con la falta del cacique Polidoro, Rivera sintió la falta de quien quedaba fuera de su plan.

Mandó dos indios charrúas en su alcance con la excusa de que era necesario reunirse para traer el ganado de los portugueses. Polidoro fue alcanzado por los emisarios y les dijo "Frutos, corazón malo y traidor" y los emisarios quedaron de su lado y no volvieron. Por lo que se salvaron de la matanza de Salsipuedes y demás atrocidades que allí se ejecutaron con los demás charrúas y sus familias.



Concluida la operación del asesinato, marchó Bernabé Rivera con un escuadrón a buscar al cacique Polidoro que no había ido y a algunos que habían escapado del lugar de muerte. En su marcha, encontró al cacique Venado con doce charrúas que habían escapado de la matanza y como los separaba el arroyo Cañitas, solo pudieron hablar y de allí resultó un acuerdo: Bernabé se comprometió a entregar su familia a Venado a todos los que lo acompañaban y Venado se sometería al gobierno, comprometiéndose a vivir donde se le indicase. Así se entregaron y es de advertir que Venado y su gente, estaban todos armados de lanzas, habiendo uno que tenía un cárcax de flechas.

giriea@yahoo.com - 11/04/2009 - 07:49 (#0)


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