El Afilador (entrevista)

El Afilador (entrevista)
por Cacho Silveira


- ¿Buenos días, dime tu nombre y de que barrio vienes?

- Gustavo Bustamante toda mi ascendencia está aquí, en Rivera.
No vengo de un barrio determinado, recorro todo el país, departamento por departamento.
Nuestro oficio está muy escaso, se fue perdiendo todo, por el avance que hay de todas las cosas, ¿no? A Rivera estoy llegando una vez por mes. Visitando la gente linda de acá. Es un gusto trabajar para Rivera.



¿Sos el único afilador en la familia, o tienes otros familiares que se dedican a este oficio?

- Soy oriundo de Canelones. Mis padres eran de Rivera, fueron para allá, con mis hermanos, somos todos canarios. Criados en un tambo y aprendiendo el oficio. Este trabajo lo trajeron los viejos inmigrantes españoles. De ese origen fueron los primeros afiladores riverenses. Eso fue quedando en la gente antigua que nos fue enseñando a los jóvenes que estamos ahora.
Somos descendientes de afiladores europeos, de vascos franceses. De ahí se fue desparramando el oficio. Es vocacional, no es un impulso el salir a afilar, esto está dentro de nosotros. Ya varios han querido salir a afilar y no pudieron hacerlo.

La máquina



- Cuéntale a la gente cómo es la máquina que usas, qué tipo de piedras?

- Una bicicleta, la que con la rueda trasera movemos las piedras. Con un piolín que sería la correa, que hace girar las piedras. Sería como una “amoladora” de un taller. La velocidad es regulada por las piernas, así no quemamos el acero. Damos una templanza al acero que estamos trabajando.
Las piedras, las tenemos que ir seleccionando. No podemos comprar en cualquier lado. Hay mucha mercadería china que no da el filo que precisamos.
Es una piedra especial. Usamos una gruesa para gastar, de pronto algunas cosas más rústicas.


- ¿Qué tipo de útiles afilas, cuchillos, tijeras?

-Algunos nos dan un cuchillo hecho con hojas de elásticos, y los tenemos que desbastar. Y tenemos una piedra fina, que da el filo exacto a la tijera o a algún cuchillo de plata y oro. Tenemos que hacer un buen trabajo sin tocar la hoja. Darle un filo tipo láser..
Llevando filo, desde un corta uñas hasta lo que se pueda imaginar, Una procesadora de cocina, una máquina eléctrica. Llevando filo, todo, en general, dándole el filo que corresponde a cada acero. Cada acero lleva un temple distinto. Si apuramos mucho quemamos. Ahí está la garantía de nosotros.

Pagos de “Piedras de Afilar”
- En el límite de Canelones y Maldonado, hay un pago llamado Piedras de Afilar, allí hay canteras de piedras, ¿usas de esas piedras?

- Las piedras la vamos buscando. Ahí encontramos algunas que usamos para asentar. Recorremos diferentes departamentos. Tenemos otro lugar en Paso de los Toros, en la costa del Río Negro, hay una piedra linda para ese fin.

- Me dijiste qué recorres el país. ¿En que departamento trabajas mejor, donde afilas más herramientas?

- Como se conserva mucho la tradición, en el departamento Rivera, Vichadero, Minas de Corrales, es la gente que nos pide que volvamos. De los 19 departamentos es el que más nos acepta, acá trabajamos mejor. Si bien tenemos la competencia de los argentinos, que cruzan el río para este lado porque la moneda les sirve. Hay afiladores que cruzan y están cobrando sumas que no están al alcance del bolsillo. Tenemos una competencia continua con los argentinos.

- ¿Cuál es tu tarifa, dime algo representativo?

Nosotros venimos con precios muy, muy buenos. Nuestra tarifa es regular, depende de lo que traigan para afilar. Más o menos 30 pesitos, una afilada bien hecha y garantida.

- ¿Qué salario promedio sacas por día?

Por día sacamos un promedio de 200 pesos. Como el jornal de un trabajador normal, si no llueve. Estos días estuvimos parados por lluvias. No da para vivir. Hacemos piruetas, como se dice no, si un día hacemos más, guardamos para el otro día.

Los traslados
- ¿En que te trasladas de un departamento a otro?

- Andamos en una Willis vieja. Vamos echando nafta entre los afiladores.

- Nombra a tus compañeros y de donde proceden.

Somos tres, William Bento y Wilson Méndez. Bento vino de Argentina y hace 25 años que está establecido acá. Wilson lleva el mismo tiempo de trabajo, pero es de acá.
Es un gusto estar en Rivera y compartir con la gente esa calidez ese afecto emocional como humano.

Dentro de poco éste como otros oficios, serán también
“Recuerdos de un tiempo que ya fue”.
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