La casona de Juana
Enviado por: "canugi Yorugua" canugi@yahoo.com canugi
Vie, 15 de Oct, 2010 9:09 pm
(Para vos Helena, en respuesta a la anécdota La Higuera que mandaste).
Pasando la curva que hace 8 de Octubre a la altura del Hospital Militar, se puede encontrar el caminante con una vieja casona de dos plantas, enclavada en medio de un jardín pequeño. La hiedra cubre en parte sus paredes imantadas de tiempo, y sus celosías evidencian un algo recoleto y misterioso. Esa casa corrió hace algunos años el peligro de ser rematada y caer bajo "la piqueta fatal del progreso", pero felizmente no fue así y en el presente ha sido reciclada y es mantenida por un instituto e idiomas que ha hecho de la misma su sede.
Pero lo que da a ese caserón solariego su identidad, lo que lo singulariza especialmente, es que allí vivió sus años de madurez Juana de Ibarbourou.
La poetisa, que en 1929, en su esplendorosa juventud fue consagrada solemnemente como Juana de América en el Palacio Legislativo, por dos grandes escritores continentales, el mexicano Alfonso Reyes y nuestro Juan Zorrilla de San Martín.
"Sic transit gloria mundis", murmurará ante estas consideraciones algún aspirante a filósofo, pero no es inútil recordar (nuestra memoria colectiva parece ser cada vez más flaca para valorar nuestro pasado cultural) que Juana de Ibarbourou fue, más allá de los mitos, una de nuestras más valiosas poetas de la primera mitad de este siglo. Y que en su crepúsculo, cuando ya la belleza y vitalidad plasmadas en aquel libro primigenio, Raíz salvaje, y la gloria comenzaban lentamente a abandonarla, encontró abrigo entre las venerables paredes de esa casona, donde poco a poco fue clausurándose para el mundo exterior.
Allí recibía a muy pocos y selectos visitantes, consagrando el resto del tiempo a la nostalgia por lo ido, y a burilar la última parte –angustiada y profunda– de su poesía, cuyo punto culminante fue La Pasajera.
Entonces, tu caminante, cuando pases frente a ese caserón imantado de fantasmas sutiles, con rumores de versos que surgen de los árboles del jardín, no olvides que allí vivió hasta no hace tantos años Juana de Ibarbourou. Una escritora que habría que rescatar definitivamente de la telaraña de halagos desmedidos que han tejido a su alrededor muchos panegiristas y demasiadas celebraciones escolares, y también de las críticas injustas que alguna generación posterior le hizo.
Alejandro Michelena
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5. El Mincho y sus peñas culturales.
Enviado por: "canugi Yorugua" canugi@yahoo.com canugi
Vie, 15 de Oct, 2010 9:14 pm
Por el año 1989 comenzó a circular, en los ámbitos culturales de Montevideo, la noticia de que una peña "como las de antes" había sentado sus reales en el Mincho Bar, de Yi entre 18 de Julio y Colonia. Este clásico recinto de bohemia y alcoholes fuertes, que es posterior a la mitad del Siglo XX, había albergado –en los primeros años sesenta– una mesa legendaria presidida por Clara Silva y L.S. Garini, que persistió años, y a la que eran habitués jóvenes que luego se destacarían: como Alberto Mediza, que llegó a ser uno de los mejores críticos de teatro de nuestro medio, o Ricardo Prieto, el mejor y más profundo de nuestros dramaturgos. Y también, en aquel significativo 1980, se originó en las mesas del Mincho la revista literaria Cuadernos de Granaldea; fue obra de un grupo predominantemente juvenil que integraban los poetas Luis Pereira y Elder Silva, la narradora Cecilia Ríos y el dramaturgo Yahro Sosa, entre otros, así como también figuras algo mayores como Pancho Lussich y Horacio Mayer.
Pero en ese año 89, en la noche de los lunes comenzó –semana a semana– una tertulia que iba a continuar en el lugar por más de un lustro, para luego trasladarse al boliche de comidas Lobizón. En ella confluyeron varias generaciones, diversas formas de concebir la literatura y contrapuestas visiones de la vida; se rescataba así, casi sobre el fin del siglo, aquel pluralismo cultural que fuera un rasgo distintivo del Uruguay de principios de la centuria y que los avatares posteriores a los años cincuenta hirieron de muerte.
Hay varios rasgos atípicos en esa tertulia que pobló, lunes a lunes, varias mesas del Mincho: lo nutrido y constante de su parroquia habitual, el nivel de calidad de los participantes, su condición cuasi institucional –con día y hora establecidos, y con cuaderno de firmas– algo que no sucedía desde los años treinta en el país. En esa tantas veces amplísima rueda se hablaba de los nuevos libros, se intercambiaban textos, se polemizaba sobre diversos temas, se rescataban recuerdos. En suma: se cumplía a cabalidad con lo que ha sido la dinámica de los mejores encuentros de café desde siempre.
Los más persistentes fueron: el veterano narrador Alfredo Gravina, el editor Carlos Marchesi, la escritora Suleika Ibáñez, los narradores Julio Ricci, Manuel Márquez y Ariel Méndez, el múltiple escritor –dramaturgo, narrador y poeta– Ricardo Prieto, el profesor Aldo Cánepa, la asistente social María Legazcue, los críticos Yamandú Marichal y Jorge Pignataro, el dramaturgo Ariel Mastandrea, el escritor Rafael Romano, el narrador Miguel Campodónico, el actor Roberto Fontana, la poeta Marosa Di Giorgio. También se acercaban, aunque de una manera más pausada: la poeta y crítica Cristina Landó, la psicoanalista Blanca Porras, el narrador y editor Horacio Verzi, el crítico Lauro Marauda.
Si nos remitimos a los que fueron nada más que visitantes de esta tertulia de comienzos de semana en el Mincho Bar, podemos recordar al crítico e investigador teatral norteamericano David Foster, al poeta Saúl Ibargoyen Islas, al editor Claudio Rama, a la narradora Teresa Porzecanski, al editor Jorge Freccero, a la actriz Beatriz Massons, a los narradores Tarik Carson y Juan Introini, a un intelectual de la generación del 45 como Julio Bayce, a la crítica Beatriz Bayce, al escritor Enrique Estrázulas, y a la joven poeta e investigadora literaria Marisa Guevara.
Estos nombres pueden dar al lector una idea de la significación cultural que tuvo esa reunión semanal que, vale reiterarlo, se mantuvo por muchos años, y que comenzó a languidecer pasada la mitad de los noventa luego de la muerte de contertulios relevantes como Julio Ricci y Alfredo Gravina.
En los últimos años, un bien intencionado círculo de amigos -entre los que hay algún escritor- ha intentado reeditar, con resultados discretos, la tradición de la peña en el viejo bar.
Alejandro Michelena
Montevideo: historias de gentes, reuniones y lugares
Editorial Cal y Canto, 1998
Vale consignar que no es ésta la única referencia detallada a la peña que sentó sus reales en el Mincho entre 1989 y 1995; fueron varias las notas y reportajes –aparecidos en medios de prensa como El País Cultural y Brecha, en el correr de ese lustro y después– que públicamente difundieron la existencia de la misma.
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6. Cafes, bares y almacenes notables de Montevideo.
Enviado por: "canugi Yorugua" canugi@yahoo.com canugi
Sáb, 16 de Oct, 2010 12:52 pm
(Aprovecho este artículo para dar la bienvenida a Adrian quien a lo mejor mas adelante nos va a deleitar con sus lindos cuentos cortos. Saludos a todos y... escriban, que las teclas no muerden! canugi)
En la primavera de 2003 se hizo pública la iniciativa de declarar como "notables" –previa evaluación por técnicos– algunos lugares comerciales que hacen a la identidad montevideana. El objetivo era destacar -para mejor proteger y preservar– los bares y almacenes con historia que todavía, a pesar de los pesares de un modernismo mal entendido, persisten en Montevideo. Estuvieron implicados en esa tarea entidades públicas como la Intendencia, la Junta Departamental y el Ministerio de Turismo, pero también Cambadu –la gremial del rubro–, que fue la protagonista desde el área privada. Para el caso, se conformó la Comisión de apoyo y promoción de comercios con giro de Café y Bar o Almacén y Bar, implementada el 12 de diciembre de 2002 mediante el Decreto Nº 30.168.
A partir de los relevamientos que se realizaron se publicó un folleto en el que se dio realce –con fotografías de Enrique Pérez y textos debidos al arquitecto Nery González, presidente de la comisión– doce establecimientos.
Figuran allí dos viejos almacenes: Del Hacha, en la Ciudad Vieja, que data del siglo XVIII y hace poco ha resurgido como vinería; y el suburbano Cavalieri –de la zona de Melilla– que mantiene casi intacto su perfil original. Figura un almacén y bar sobreviviente, La Giraldita, que permanece olímpico en medio del tan cambiante Pocitos. No falta el célebre boliche Los Yuyos del barrio Atahualpa. Se tuvieron en cuenta dos bares característicos del área pocitense, hoy en exceso cambiados: Don Trigo y El 62. Está presente el clásico almacén y bar de Punta Carretas, el Tabaré, que transformado en pub mantiene sin embargo su estilo. También el Bacacay, nacido de la transmutación postmoderna del añejo Vaskito de frente al Solís. Y por supuesto el Pedemonte, que modificó su antigua locación hace un tiempo manteniendo sus rasgos más típicos. Pero las estrellas indudables son, por supuesto, esos tres clásicos genuinos de la Ciudad Vieja: el Café Brasilero, Roldós y Fun Fun, notables señas de identidad que conservamos por suerte.
Hay que remarcar que ésta constituye la primera intervención institucional –con participación estatal y privada– que se lleva adelante con relación a la preservación de ámbitos tan peculiares como lo son esos cafés, bares y almacenes cargados de historia, que forman parte de nuestra cultura viva. Y merece el reconocimiento y el apoyo de los montevideanos.
No son todos los que estan...
Llama la atención que se hayan privilegiado en la instancia algunos sitios que, a causa de las transformaciones sufridas en su apariencia, tienen poco que ver con ese pasado que justificaría su inclusión, dejándose de lado otros que sí mantienen sus características y que poseen incluso mucho más tradición. Y algo más: ¿Por qué no se tuvo en cuenta en el proyecto a las viejas confiterías, primas hermanas de los cafés, y como ellos muy vinculadas a la rica tradición coloquial montevideana?
A tener en cuenta: cafés notables en Buenos Aires
Un proceso equivalente al que se dio en Montevideo en cuanto a sus bares y almacenes tradicionales, tuvo lugar años antes en Buenos Aires. En este caso: relacionado con cafés y confiterías clásicos, y además billares. Conociendo los alcances y resultados obtenidos en la orilla de enfrente –privilegio de los que llegan después– hubiera sido saludable tomar nota de esa rica experiencia.
Allí funciona una Comisión de protección y promoción de los cafés, bares, billares y confiterías notables. La misma se creó por resolución del Consejo Deliberante de la Ciudad, que a diferencia de nuestra Junta Departamental tiene potestades legislativas. Como fruto de su tarea se pudo dar la categoría de "notables" a 56 clásicos cafés, bares, confiterías y billares de la Capital Federal. La misma implica promoción turística –mediante afiches, videos y un libro– de estos ámbitos vinculados al encuentro y al coloquio de los porteños, protección para evitar cambios inadecuados en el perfil que caracteriza a cada uno, y la implementació n de un circuito artístico itinerante por todos esos sitios.
Entre los sitios favorecidos encontramos al Tortoni, el más antiguo de los grandes cafés cosmopolitas de la capital argentina, que sigue vigente y conserva su estilo –mesas redondas de mármol, sillas de madera con brazos y tapizado rojo oscuro, lambrices de madera oscura y espejos– pese a sus más de 145 años de existencia. Pero también el café Británico de San Telmo, un boliche de barrio frente al Parque Lezama frecuentado por escritores y artistas, que es una verdadera joyita libre del pecado de grotescas modernizaciones, que conserva sus maderas nobles en mesas, ventanas, lambrices y su típico mostrador de estaño. Y la confitería Las Violetas de Almagro, que habiendo cerrado en un momento difícil volvió a abrir sus puertas con su perfil original. Y la neoclásica confitería Ideal, en pleno centro. La lista la integran boliches de La Boca, Montserrat, Villa Devoto, Barracas, Mataderos y otras partes de la gran urbe porteña; también lugares céntricos como el London City (donde es fama que Cortázar escribió su novela "Los Premios"), o los 36 Billares que es un ámbito de los de antes, con sus espacios para el juego de dados y el de billar. No faltan los más copetudos, como la Richmond de la calle Florida, el bar del aristocrático Hotel Plaza, y La Biela del Barrio Norte. Y como representantes todavía en pie de la movida intelectual de los sesenta, están La Giralda de la calle Corrientes y Bar Bar O del pasaje Tres Sargentos (este último, asociado a las audaces experiencias artísticas generadas en el Instituto Di Tella).
El proceso bonaerense tiene una gran ventaja: fue iniciativa y ha sido llevado adelante por el Gobierno de la Ciudad, sin que intervengan en él los gremios patronales vinculados al rubro. Esto garantizó que en la elección de cafés, bares, confiterías y billares a considerar "notables", quedaran fuera las presiones comerciales. Por esta razón, la misma se realizó entre lugares genuinamente tradicionales, y de entre estos resultaron favorecidos los que conservaron mejor sus valores estilísticos.
Por todo lo dicho, la experiencia porteña debería ser analizada por quienes aquí han asumido la responsabilidad de llevar adelante una tarea equivalente.
Alejandro Michelena
Periódico Periscopio, 2004.
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7. Reciclaje
Enviado por: "canugi Yorugua" canugi@yahoo.com canugi
Sáb, 16 de Oct, 2010 3:47 pm
Foro:
Leo en el diario de hoy que Brasil es el país del mundo en el que más latas de aluminio se reciclan: el 95.5%. Y ese récord lo han tenido los últimos 9 años.
No aparece fuente en el artículo pero debe ser así porque hay gente que vive de reciclar latas. En Uruguay ya desde los años 50 y 60 pasaba el botellero que pedía/compraba diarios, vidrio, plomo, aluminio, etc.
Alguien tiene informacion de como se ubica Uruguay en el contexto del mundo en el tema del reciclaje? En Uruguay se hizo de toda la vida no por una cuestión de moda como en muchos países hoy (aunque la pinten de "concientizació n" medioambientalista) sino por pura y cruda necesidad.
FORO RODELU
http://s2.subirimagenes.com/fotos/5304908lista-cometa-de-los.jpg
-----------------------------------------------------------------------------------------ca de Montevideo y Ariel Perezel 25 de octubre imperdible.Solis.Montevideo.
EL BAILARIN ARIEL PEREZ A MONTEVIDEO,Bailara en el Solis,con la Filarmonica,a beneficio de Aldeas Infantiles,con Laura Legazcue que proviene de Portugal,Monaco,Francia e Italia y que acaba de ganar el Premio Matos Rodriguez de Futango.
El 25 de octubre.
LUNES 25 DE OCTUBRE, 19:30 HS - SALA PRINCIPAL
Montevideo por 3
UNA WEB SIN FINES DE LUCRO,DESDE EL SUR-RIO DE LA PLATA.. ARTE y cultura de Uruguay el pais celeste blanco y oro y Argentina reina del Plata VISITAS DE LECTORES DEL PLANETA
CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. --
Ver .The one,
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