Federico Britos

Federico Britos: el violín versátil

HUGO GARCÍA ROBLES

La carrera del uruguayo Federico Britos sorprende por su diversidad y extensión. Desde sus comienzos en el violín, a los cinco años de edad, se ha multiplicado no sólo como ejecutante, también como compositor, arreglador y director. Su Capricho uruguayo lo estrenó George Boulanger cuando Britos contaba 11 años. Poco después cumplía su primera gira europea y luego alcanzaba varios países latinoamericanos, como Colombia, Ecuador, Brasil, Perú, Cuba y Venezuela. Ha sido concertino de numerosas orquestas como la Sinfónica Nacional de Cuba, la Sinfónica de Maracaibo, la Orquesta Sinfónica de Miami, en esta última durante siete años.

Ha actuado en el Carnegie Hall, en el Lincoln Center y en el Kennedy Center, entre otras salas de importancia internacional. Por su participación con Charlie Haden, Cachao, Bebo Valdés y El Cigala ha ganado varios Grammy. En Uruguay está disponible el CD en el cual acompaña al cantante flamenco El Cigala en la versión memorable del tango Niebla en el Riachuelo.

Bajo el título Jazz en blanco y negro, termina de aparecer el CD, con carátula de Hermenegildo Sabat, donde interpreta temas de jazz y también obras suyas. El violín en el jazz comprende nombres famosos como Joe Venutti y Stephane Grappelli. El primero integró con Eddie Lang, un mítico dúo de violín y guitarra, que nació en Atlantic City en 1921 y se mantuvo en la cumbre hasta la muerte del guitarrista en 1933. Ambos habían nacido en Italia, pero se asimilaron de tal modo al medio americano que fue después de muertos que se supo el verdadero lugar de sus nacimientos.

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Violín
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www.antag.es Stephane Grappelli, además del violín, fue ejecutante de piano y compositor. Nacido en París, fundó con Django Reinhardt en 1946 el quinteto del Hot Club de Francia. Notable autodidacta, grabó con Menuhim piezas jazzísticas, con una capacidad espontánea para la música que expresó además en el piano, saxo, trombón y acordeón.

Las versiones de Federico Britos lo muestran como ejecutante de afinación perfecta, fraseo seguro y evidente capacidad para la improvisación. Gracias a esta faceta borda algunos clásicos del "jazz", como I love you de Cole Porter, Lady be good (en acelerado "tempo" sin tropiezos) y otros. Está presente además el Britos compositor con el bello Danzón Orestes, muy melódico, con la refinada matriz armónica de Between the evening and the night y el final afro-uruguayo Ebola y Anacleto que apela no solamente a la rítmica del tamboril, también a una colorida instrumentación de sugerentes efectos con recursos que se apoyan en el reducido conjunto instrumental, integrado por excelentes músicos. Un CD muy recomendable que suena técnicamente muy bien, grabado en 1993 en Venezuela y masterizado en California.