opinión
Los Charrúas y Rivera
o el uso de la historia con fines políticos
por Dr. Hugo Lavecchia
(respecto de un artículo publicado
por el Sr. Carlos E. de Mello en derivera ed. 196)
Dentro del furibundo anticoloradismo
que algunos exhiben a manera de “moda” por estos días,
lo primero que se cuestiona
es el origen mismo del propio Partido Colorado,
y para eso se arremete con singular fiereza
contra su fundador, el Gral. Fructuoso Rivera.
En ese contexto, lo referido al tema de Salsipuedes y los charrúas,
objeto del artículo del Sr. De Mello,
ha sido sin dudas uno de los puntos preferidos para el ataque.
Dejo aclarado desde ya que expresamente no he querido leer antes de redactar estas líneas el artículo del Dr. Sanguinetti publicado en “El País” y que motivara al Sr. de Mello a realizar esas manifestaciones.
Y ello porque su pieza resulta sumamente ilustrativa por sí misma, pues evidencia la manifiesta intencionalidad ideológica del tratamiento dado al tema de los charrúas desde sectores contrarios al coloradismo, resumida en la expresión que extraigo textualmente del artículo, según la cual fueron el “Partido Colorado en el poder y el Presidente Rivera” los únicos responsables de la muerte de los últimos representantes de la etnia charrúa en abril de 1831.
Por supuesto que esta absurda interpretación de los hechos es absolutamente falsa, y así lo demuestran las obras más reconocidas sobre el tema, escritas por estudiosos que ninguna simpatía guardan hacia Rivera por este episodio.
Comencemos por decir que el atribuir al Partido Colorado en sí responsabilidad como tal en el episodio de Salsipuedes, es un disparate histórico que no resiste el menor análisis, pues seguramente cualquier estudiante de secundaria medianamente estudioso de los cursos de historia patria nos podría decir junto a Pi Hugarte que “es necesario recalcar que todo el proceso que desembocó en la matanza de Salsipuedes, ocurrió cuando aún no habían surgido las indicadas agrupaciones políticas [se refiere a los Partidos Blanco y Colorado]” (Pi Hugarte, Renzo, Los indios en el Uruguay, Banda Oriental, Montevideo, 1998, pág. 142, negritas nuestras).
Entonces todo el centro de la atención pasa al Gral. Rivera, porque si ni siquiera puede hablarse de que existió una agrupación política atrás de sus acciones, ¿quiere decir entonces que actuó en solitario, a impulso de algún capricho u odio estrictamente personal hacia los charrúas y a espaldas del resto de la sociedad de su época?
Le duela a quien le duela, la verdad es lamentablemente mucho más dura, y por cierto, más difícil de ser asumida: el exterminio sin miramientos de los charrúas, si bien tuvo su punto culminante en 1831, fue un largo proceso que se inició en la etapa colonial (paralelo además a otros que se daban a lo largo y ancho de la América conquistada por los europeos) y el cual fue asumido como propio y sin ningún tipo de cuestionamiento por los gobernantes del nuevo Estado Oriental desde su mismo nacimiento.
La disyuntiva que se planteó a los “indomables” charrúas por la sociedad “de piel clara” (españoles primero y luego criollos) fue el aceptar el nuevo orden social “civilizado” o perecer.
De ese proceso participaron la generalidad de la sociedad de la época, siendo Rivera aquel que llevó adelante el último paso, pero con la aprobación y el aplauso de todos los principales hombres del momento, muchos de ellos que hoy llamamos próceres, pero que al no ser funcionales al anticoloradismo, a nadie le interesa señalar (ver Pi Hugarte, Renzo, Los indios en el Uruguay, pág. 142; y muy especialmente Acosta y Lara, Eduardo, entrevista publicada en El Laberinto de Salsipuedes, publicación del diario La República, 1997, pág. 81).
Como una muestra apenas, es sumamente ilustrativa una carta que le manda Lavalleja a Rivera en tanto Ministro de Guerra del Gobierno Provisorio que encabezaba Rondeau en febrero de 1830, en la cual ordena a Rivera (entonces al frente de la Comandancia General de la Campaña) que marche sobre los “malvados” charrúas “para contenerlos en adelante y reducirlos a estado de orden y al mismo tiempo escarmentarlos” (Pi Hugarte, Renzo, “El Uruguay Indígena”, Colección Nuestra Tierra 1, pág. 47, negritas nuestras).
Pero nadie se acuerda de ello, porque pegarle a Rivera es mucho más fácil y productivo: él no mandó a nadie a “escarmentar” (cuando en aquel tiempo es bien claro lo que con ese término se quería significar), sino que hizo el trabajo sucio solito y además años después se le ocurrió fundar un partido político, por lo que se vuelve la cabeza de turco ideal para la propaganda contraria a ese partido.
Sin embargo, la cruel realidad histórica que se nos presenta frente a nosotros golpeándonos de frente y sin piedad es que en definitiva los padres del Uruguay independiente, todos ellos, participaron de la idea preconcebida desde trescientos años antes de terminar con los indígenas “rebeldes” que poblaban estas tierras.
Rivera, sí señor, pero también Lavalleja, Rondeau y todos en el nuevo estado independiente, el cual “estimó como unos de sus primeros y más importantes planes de gobierno – imprescindible para su organización y para la valorización de los dilatados campos del interior – la eliminación de los indios que aún se encontraban en su territorio manteniendo formas más o menos tradicionales de vida…parecía aceptarse como verdad evidente que estos eran seres que no llegaban a ser plenamente humanos, por lo que su vida no constituía un valor digno de ser respetado, eran algo así como animales dañinos pese a su apariencia humana, y por eso, poco importaba si eran objeto de engaños o traiciones. Cuando se pusieron en marcha los planes para aniquilarlos, nadie al respecto pensó en echarse atrás ante tal horror” (Pi Hugarte, Renzo, Los indios en el Uruguay, pág. 142, negritas nuestras).
Terrible, en verdad, pero así fue. Y entonces ahora se nos agrega un nuevo problema.
Porque la falaz cantarola sobre “Rivera y los colorados mataron a los charrúas”, además de su utilidad política ideológica como arma contra el Partido Colorado, es funcional a otros propósitos que tienen más que ver con fenómenos psicológicos.
Efectivamente: si “Rivera y los colorados” fueron los responsables, todos aquellos que no provienen de esa tradición política (blancos, frenteamplistas, independientes, cívicos, etc) quedan inmediatamente al margen, absueltos y santificados, pueden dormir tranquilos y hasta escribirles canciones a los charrúas con la conciencia aparentemente bien tranquila.
Lamentablemente, como la historia lo muestra en forma clara a todo aquel que se acerque a ella sin ningún prejuicio ideológico, la verdad es que nuestro país nació a partir de una sociedad cuya clase dirigente en su conjunto propició un plan para terminar de raíz con los charrúas en nombre de la civilización, el cual fue independiente de adhesiones caudillescas o partidarias, ya que se asumió como una tarea necesaria para su desarrollo y prosperidad.
Que Rivera participó de esa idea, por mi parte como colorado no tengo empacho en asumirlo.
Pero que todos los demás lo mandaron a él a mancharse las manos de sangre, mientras se quedaron cómodamente sentados en sus mansiones, haciendas y ministerios, también es absolutamente cierto.
¿Pero entonces vamos a tener que aceptar que la matanza de los charrúas no fue un tema de uno o varios hombres y ni siquiera de partidos, sino que TODA la sociedad del momento gustosamente la alentó antes y la aplaudió después como un verdadero triunfo contra la barbarie?.
Por mi parte, creo que como sociedad debemos asumir esto sin ambages ni cómodas coartadas ideológicas, aceptarlo y enseñarlo a nuestros hijos y nietos.
Debemos decirles que se trata de cosas que no queremos que jamás se repitan con ningún ser humano, ni en Uruguay ni en ninguna parte.
Debemos decirles que la discriminación y la violencia son prácticas que hoy día combatimos frontalmente, ya sea que se funden en razones étnicas, ideológicas, políticas, religiosas, de género, orientación sexual o cualquier otra.
Deberemos advertirles asimismo que es una lucha que día a día debe redoblarse, pues estos monstruos a veces los creemos muertos cuando en realidad solamente están dormidos, esperando el momento propicio para despertar y desparramar entre nosotros la peste de la intolerancia, el odio y la insanía.
Ese es el enfoque que como sociedad nos hará honor y permitirá reivindicarnos, por lo menos en parte, con nuestro pasado indígena.
Lo demás, es puro panfleto.
Creo también que al explicarles esto a nuestros niños y jóvenes, deberemos asimismo recordarles que aquellos hombres de los albores de nuestro estado, eran hijos de su tiempo y actuaron de acuerdo a lo que se aceptaba por la generalidad de la época como los valores preponderantes, aunque hoy y luego de transcurridos 178 años, en esta República nuestros valores son otros muy distintos, entre otras cosas gracias al fundamental aporte del Partido Colorado y del Batllismo.
También deberemos decirles que si bien nuestros padres fundadores tuvieron estas terribles actitudes, también supieron llevar adelante actos de grandeza.
En el caso de Fructuoso Rivera, yo les recordaría su coraje y bravura sin igual, que llegó a su apogeo en la hazañosa conquista de las Misiones, donde metió susto al mismísimo y todopoderoso Brasil imperial, forzando así el nacimiento del Uruguay independiente, lo cual llevó a que el 30 de diciembre de 1830 fuera declarado por la Asamblea Constituyente y Legislativa del Estado Oriental “digno y benemérito de la Patria” (Reyes Abadie, W. y Vázquez Romero, A., Crónica General del Uruguay. Volumen II: La emancipación, Banda Oriental, Montevideo, s.f., pág. 558).
Ese también fue Don Frutos Rivera.
Hugo Lavecchia
UNA WEB SIN FINES DE LUCRO,DESDE EL SUR-RIO DE LA PLATA.. ARTE y cultura de Uruguay el pais celeste blanco y oro y Argentina reina del Plata VISITAS DE LECTORES DEL PLANETA
CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua)------------------la primer CHARRUA( uruguaya ,oriental o yorugua) que fue jurado del Metropolitano de Tango y del Jurado Mundial ,por merito propio,ahora seleccionada como "maestra reconocida mundialmente",dara un Seminario de Alta Intensidad en el Mundial.No solo es futbol mundial el Uruguay."Tanguera Ilustre de Buenos Aires" "Condor de Oro de San Luis,Argentina....Quien es? L.L. pasion,voluntad y tecnica.Tecnica,voluntad y pasion.Abriendo caminos para Uruguay,embajadora cultural de este Paisito que es un gran Pais con mayuscula. --
Ver .The one,
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