Los consumidores ganamos salud

Los consumidores ganamos salud
(por Miguel Nogueira)



Finalmente el día llegó y el “corralito” de las mutualistas llegó a su fin. Y es que el martes el Senado dio sanción definitiva al proyecto de Ley de Derechos y Obligaciones de los Pacientes y Usuarios de los Servicios de Salud que habilita la apertura por unos tres años del denominado "corralito mutual".
¿Cómo y por qué surgió y qué es el corralito de las mutualistas?
Hace ya varios años que el Ministerio de Salud Pública decidió prohibir a los socios de la antigua DISSE cambiar su afiliación de una a otra institución de asistencia médica colectiva. Las razones fundamentales buscaron frenar el trasiego ilegal de socios de una mutualista a otra. Fueron muy notorios los casos que denunciaban equipos especialmente adiestrados para afiliar nuevos socios, pagándoles una cifra determinada para que tomaran esa decisión y se fueran a otra institución. Se pagaba habitualmente entre $ 1.000 y $ 3.000 al contado a quienes decidían cambiarse.
Así funcionaban varias empresas médicas para sumar más socios. Vale la pena recordar que el artículo 1 de la Ley N° 17.549, indica claramente que "…El que por cualquier medio ejecutare o encomendare ejecutar actos de intermediación lucrativa, actos de promoción o publicidad, con la finalidad de captar socios o afiliados para las instituciones de asistencia médica privada, sean éstas colectivas o particulares, definidas en el decreto-ley Nº 15.181, de 21 de agosto de 1981, ofreciendo a cambio la entrega o promesa de entrega de dinero a dichos socios o afiliados, será castigado con una pena de cuatro a veinticuatro meses de prisión…".
El “corralito” frenó bastante este fenómeno irregular. Por ese entonces se afirmaba además, no oficialmente, que esta medida le aseguraba a las empresas o cooperativas médicas, un piso de socios que quedaban cautivos en esa institución. Una decisión de este tipo les permitía mantener su masa social y sobrevivir u ofrecer a un eventual comprador un número de socios que no se perdería con facilidad.
En realidad si uno se tomara esto en broma este tema, podría afirmar que un decreto de estas características es el sueño del pibe. Imaginen una medida que obligue por tiempo indeterminado que 50 mil personas sólo pueden o tienen que mirar Buscadores y Poder Ciudadano. Lógico que la comparación no es correcta y que la decisión que creó el “corralito” sabía que lo hacía en un sector muy sensible, con múltiples dificultades económicas en los últimos años. Es cierto además que puede resultar increíble que algunas instituciones no hayan quebrado, pero tal vez su “salvación” se explique porque ni el sector privado y mucho menos el público podrían recibir y atender correctamente a decenas de miles de personas que pudieran quedar sin cobertura, si algunas de las mutualistas más grandes hubieran cerrado. Es real también que el sector de la salud, a veces no muy bien administrado, tuvo este privilegio que en algunos casos no alcanzó para salvarlos. Pero esto es historia y seguramente desde fines de octubre o comienzos de noviembre, la ley redactada por el senador de Asamblea Uruguay, Dr. Alberto Cid, ya tendrá su reglamentación vigente.
La ley aprobada no legisla solamente sobre este tema, establece también que los pacientes tendrán derecho a "morir con dignidad", de manera "natural, en paz y sin dolor", siempre evitando "anticipar la muerte por cualquier medio utilizado con ese fin (eutanasia)" o "prolongar artificialmente la vida del paciente cuando no existan razonables expectativas de mejoría".
Es una gran ley, que ubica a los pacientes varios escalones por encima del encasillamiento que a veces se nos da, cuando se nos considera como “usuarios”. Uso porque pago, al pagar soy un cliente (aunque suene fuerte) y tengo derecho a exigir, entre otras cosas, mucho de lo que esta ley nos dará.