Predicciones para el 2009

Predicciones para el 2009


Por Antonio Mercader. Tuve una tía abuela que se hizo famosa porque en un día de abril de 1959, al ver que caían unas gotas de lluvia, produjo una frase célebre: "Es sólo cerrazón". Fue una de las peores predicciones que recuerde, pues llovió diez semanas seguidas hasta causar las inundaciones más grandes que Uruguay haya sufrido.

Pese a tal desengaño con los pronósticos, en 1972 creí en Hernan Kahn, el futurólogo que vaticinó una década de prosperidad sin prever que una sigla llamada OPEP y la suba del petróleo sabotearían su vaticinio. Tropezando otra vez con la misma piedra, hace un par de años me ilusioné con economistas que decían que la bonanza internacional -que tanto nos benefició desde 2003- sería duradera por la demanda constante de China e India.

Y ya ven Uds. lo que pasa. Por eso, me volví escéptico sobre las profecías.Los lectores de esta columna saben que no creí en la realidad del "gasoil productivo", ni que el bloqueo de los puentes se levantaría, ni que el gobierno del Frente Amplio fuera a mejorar la distribución de la riqueza, ni en el gasoducto del Sur de Chávez.

Tampoco le creí a Mujica cuando dijo que renunciaría si el dólar bajaba de 22 pesos, ni a Astori cuando negó que su reforma fiscal se hiciera para recaudar más, ni a Gargano cuando previó buenas relaciones con países vecinos gobernados por la izquierda, ni a José Díaz cuando auguró que sería beneficiosa la masiva liberación de presos. Ya ni siquiera creo en eso de "la sensación térmica".

En mi actitud desconfiada tengo compañía. Entre otros, me acompaña la revista inglesa T3 que seleccionó las peores predicciones tecnológicas de todos los tiempos. Aquí van algunas: "El iPod nunca va a funcionar"(Alan Sugar, 2005); "Nadie necesitará un computador en su casa"(Ken Olsen, fundador de Digital Equipment, 1977); "La TV no durará porque la gente se cansará pronto de mirar una caja cuadrada todas las noches" (Darryl Zanuck, 1946); "Las aspiradoras alimentadas a energía nuclear serán realidad en 10 años" (Alex Lewyt, presidente de la compañía de aspiradoras Lewyt, 1955); "Los rayos X probarán ser un fiasco"(Lord Kelvin, presidente de la Royal Society, 1883).

En un país que no fue capaz de predecir una de las peores tormentas de su historia (agosto de 2005), cuesta creer en los pronósticos. Sobre todo en los políticos. Siempre me hizo gracia en el que le adjudican al escritor argentino Arturo Jauretche cuando avisó que a su peña de amigos llevaría al aún desconocido coronel Perón y uno de sus contertulios le advirtió sobre las ambiciones del invitado. "Yo lo controlo", replicó Jauretche.

Otra, también famosa, fue la predicción de la embajada estadounidense en Montevideo, en vísperas de las elecciones de 1958, ganadas, como se sabe, por el Partido Nacional. "Otra vez vencerán los colorados", rezaba el telegrama enviado al Departamento de Estado.

De paso, digamos que esa costumbre de ningunear a los blancos tiene su historia. Líber Seregni, en sus tiempos más militantes, profetizó que, a la larga, Uruguay tendría sólo dos partidos: el Colorado y el Frente Amplio.

El mismo error de subestimar a los blancos lo cometieron no hace mucho dos encuestadores y politólogos compatriotas al pregonar que el Frente Amplio era el seguro ganador de las elecciones de 2009. Ambos, nobleza obliga, reconocieron su error y admitieron que el Partido Nacional puede triunfar en las elecciones del año próximo. Si eso es una predicción, en ella sí creo.

Publicado en el Diario El País - 24.12.08