PETER BROOK EN URUGUAY

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Espectáculos
Acontecimiento: Peter Brook en el Solís
Anuncio. La Embajada de Francia presentará "Une flûte enchantée" el 19 y 20 de octubre

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JORGE ABBONDANZA

La Embajada de Francia divulgó los planes culturales que preparó para este año en Montevideo. El anuncio contiene un acontecimiento: la llegada de la más reciente puesta de Peter Brook, uno de los mayores directores mundiales del último medio siglo.

Se trata de Une flûte enchantée, adaptación libre de la ópera de Mozart La flauta mágica con partitura de un compositor polaco contemporáneo y libreto de Brook, donde varios jóvenes cantantes relatan un cuento de sesgos sobrenaturales, agrupados sobre el proscenio, a dos pasos del espectador, según las normas de realismo absoluto que el director propone desde hace largo tiempo. Esa suma de música y teatro refleja los intereses múltiples de Brook en materia artística, que se han movido entre el género dramático, el terreno lírico, la literatura y las artes plásticas, pero permitirá entre otras cosas una proximidad insólita entre el público y los actores, abriendo además el acceso montevideano a la labor de una celebridad como Brook, que hace un par de semanas anunció su retiro definitivo de la actividad escénica.

La visita del grupo tendrá lugar en el Teatro Solís a mediados de octubre, ofrecerá dos funciones y se convierte desde ya en una de las fechas trascendentes de esta temporada.

HISTORIA PERSONAL. Nacido en Londres en 1925, Peter Brook cumple mañana 86 años. Proviene de una familia de judíos rusos afincada en Inglaterra, cuyo alto nivel cultural se percibe en la formación de este creador, que estudió artes en la Universidad de Oxford y debutó como director teatral a los 17 años, con Dr. Faustus de Marlowe, a una edad insólita que sin embargo no fue el único rasgo de precocidad en su carrera. Con poco más de 20 años ya era director de la Royal Opera House, donde puso en escena numerosos títulos del género lírico, y de inmediato se incorporó a la recién creada Royal Shakespeare Company, a cuya cabeza figuraría poco después.

En ese ámbito estuvo al frente de montajes de textos isabelinos, en los que ya quedaba grabada la huella de un estilo personal -búsqueda de despojamiento visual, intenso trabajo corporal con los actores, empleo de la violencia como herramienta expresiva- que lo ha emparentado con el Teatro de la Crueldad como una de las tendencias medulares de su modalidad de lenguaje.

Un temperamento como el de Brook no podía quedar limitado a la esfera del teatro británico. Ha viajado incansablemente por medio mundo (Europa, Asia, África) rastreando el sello de viejas tradiciones escénicas y populares, lo cual ha conferido a sus labores un perfil étnico y un ecumenismo cultural muy desusados, con aportes del teatro indio, japonés y negro, entre otras raíces expresivas. De esa amplitud han sido reflejos algunos de sus grandes montajes, como el de Iks, basado en su propia pieza teatral, o su famoso Mahabharata, quizá la más monumental y difundida de sus puestas, inspirada por antiguos textos religiosos hindúes. A esa altura, Brook ya era uno de los nombres fundamentales de la escena contemporánea, ocupando un sitio de primera fila entre los más prestigiosos colegas como el italiano Giorgio Strehler, el alemán Peter Stein, el polaco Jerzy Grotowski o la francesa Ariane Mnouchkine.

LOS CAMBIOS. En ese olimpo del teatro se volcó asimismo a escribir libros donde quedara constancia de sus reglas estéticas, como El espacio vacío, que es también revelador en los aspectos experimentales, en la apuesta por los cambios, en el espíritu ritual y en el constante impulso de ruptura formal y conceptual de su trayectoria.

Como resultado de esas opciones, Brook fundó en París el Centro Internacional de Investigación Teatral, donde formó a partir de 1971 a una corriente de nuevos intérpretes y colaboradores de procedencia múltiple, que tres años después culminó en su definitiva radicación a la cabeza de una sala que se había incendiado y estaba abandonada al lado de la Gare du Nord, el teatro Bouffes du Nord, donde ha trabajado desde entonces convirtiéndolo en uno de los puntos magnéticos del circuito escénico de la capital francesa.

Eso no le impidió moverse por otras ciudades y perseverar en la régie de algunas óperas (Debussy, Bizet) o en la recreación de textos de Cocteau, Chejov, Brecht y Beckett, que figuran entre sus preferidos, como sus elogiadísimas puestas de El balcón o de La máquina infernal. En todo ello figuró la preocupación de Brook por lograr un teatro "completo" con componentes dramáticos, musicales, coreográficos y plásticos, intentando asimismo devolver a ese medio la estrecha relación con el público y el alcance popular que había ido perdiendo en un siglo asaltado por otros lenguajes audiovisuales.

Dentro de siete meses, Montevideo tendrá el privilegio de enfrentarse a uno de los montajes de Brook, oportunidad que podrá reavivar el debilitado intercambio de esta ciudad con el teatro internacional y permitirá a unos cuantos espectadores recordar mejores épocas, cuando aquí hacían escalas muchos elencos de calidad mundial. Hay que agradecer desde ya el patrocinio que permitirá a un montaje de Peter Brook aterrizar en el Solís.

Un creador inquieto que llegó hasta el cine
Brook también incursionó en el cine a partir de los años 50, comenzando por el traslado de The Beggar`s Opera, un antiguo texto satírico del siglo XVIII que dirigió en 1953 con Laurence Olivier cantando en el papel central y que resultó un fracaso. En verdad, el realizador no ha tenido buena suerte en la pantalla, porque el tropiezo de ese primer título afectó luego a buena parte de sus experiencias cinematográficas, como Moderato Cantabile (sobre Marguerite Duras, en 1960), El señor de las moscas (1963) o una aparatosa versión de Marat-Sade que hizo en 1966 con la Royal Shakespeare Company, después de lo cual llevó al cine su previo montaje de Rey Lear (1970) y reincidió con el rodaje de otras puestas en escena, para preservarlas en ese archivo personal, como fue el caso del grandioso Mahabharata.


El País Digital
Etiquetas: teatro - cine - acontecimiento - peter - brook -
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